Estábamos sentados en la sala y yo no sabía donde meterme. Sólo quería que se abriera una fractura en el suelo frente a mis pies, tirarme en él y aparecer en china para huir de la incómoda situación.
— Eres el peor de los hijos, ¿sabes cómo me sentí cuando te vi en Facebook con una bebé en brazos y la descripción decía "la niña de mi vida"?
— Mamá déjamelo explicártelo — Marcus intentó interrumpir su regaño, pero la mujer no le dio lugar.
— Tantos años criándote, vistiéndote, alimentándote, educándote, ¿para qué? ¿para recibir este desprecio?
— Mamá...
— Al principio entré como en una crisis emocional, incluso tuve que ir a terapia un par de semanas hasta poder asimilar todo esto. Nunca creí que mi hijo sería capaz de tener un hijo extramatrimonial, ¡sabes que somos una familia muy conservadora y nos gusta que las cosas se hagan correctamente!, primero viene el casamiento y después los hijos, no al revés.
— Yo...
— Pero luego pensé... talvez Juno logró convencerte de volver — un gemido se atoró en mi garganta al escuchar aquellas palabras. Ah, o sea que la presencia de Juno en la ciudad tenía que ver con la vieja esta, ahora todo cobraba sentido — y que accidentalmente quedó embarazada por la pasión del momento, si así fuera... podría entenderlo, hacía mucho que no se veían, el reencuentro los abrumó, que sé yo, pero... pero cuando me enteré que no era de Juno, si no de esta... esta... — decía mientras me señalaba con ahínco y una nota de repulsión en la voz. Sí, señora, ya entendí, no le caigo bien.
— ¡Mamá!, no te atrevas a insultar a Diana — Marcus me defendió antes de que su madre pudiera agraviarme.
No había nada más incómodo que estar en medio de una discusión familiar, y lo peor que tú seas el tema principal.
— ¡Es qué...! ¡No lo entiendo, en España estuviste mal por ella...! ¡Y vuelves sólo para quedar debajo de sus pies como un perro faldero! ¡No entiendo como has salido tan idiota con un padre tan inteligente!
— ¿En serio?, ¿vas a compararme con ese hombre?
— ¡¿Con ese hombre?! ¿Así llamas a tu padre?
— ¡Sí!, ¿dónde está ese hombre ahora?
— No pudo venir, tenía mucho trabajo.
Marcus suspiró de manera exagerada.
— No me extraña, su trabajo siempre fue más importante que su familia — dijo con verdadero rencor en la voz, pero después cambió el tono para dirigirse a Jaseth, quien estaba sentada sobre mis piernas. Marcus sólo tuvo que inclinarse un poco hacia la derecha para llegar a ella, ya que estaba sentada a su lado en el sillón—, pero no te preocupes, mi bebé, eso no sucederá conmigo – le dijo a Jaseth de manera empalagosa. Yo sonreí, pues, sabía que era cierto. Si bien, la otra vez nos falló para almorzar, la verdad, era que cumplió su palabra y la semana siguiente fuimos los tres a almorzar a un restaurante de una calidad impecable. Realmente supo como compensarlo.
— Sé que tu padre es adicto al trabajo — dijo la mujer, pero esta vez con el tono de voz más liviano y menos altivo, esa era su manera de reconocer las palabras de su hijo —, pero eso nunca significó que no te amara. Él siempre quiso lo mejor para nosotros, por eso trabajó, y todavía trabaja, de sol a sol.
— Lo sé... — concordó Marcus con una expresión algo triste —, pero un niño de diez años nunca podría comprenderlo.
— Yo no voy a disculparme en nombre de tu padre. No me corresponde.
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FLASHBACK III
Romantizm*ADVERTENCIA* Esta historia es la tercera parte de "FLASHBACK". Puedes encontrar las precuela en mi perfil.