Capítulo 40

1K 178 26
                                    

—¡Wow! ¡Litty! ¿Es un bolso?, ¿Compraste esto para mí? —Mathius saltó con su bolso en el hombro—¡Nunca he llevado un bolso!

—Supongo que sí. Nunca has llevado un libro contigo—Joel sonrió mientras tomaba un caramelo de la gran botella de vidrio y se lo llevaba a la boca—Bueno, es muy dulce, Lestia, mi hermana, es el mejor regalo que he recibido.

—¿Qué, Joel, es tan delicioso? ¡Entonces dame uno!

—No.

Joel creó una ventisca que alejó a Mathius mientras trataba de tomar un caramelo.

—...Buenas hojas de té—Gerard todavía estaba saboreando el aroma de las hojas de té.

—Muchas gracias, Lestia—Joel le agradeció en nombre de sus hermanos que estaban distraídos con los regalos.

—No, estoy feliz de haber recibido una asignación para comprar un regalo como este—Lestia sonrió tímidamente.

Luego levantó la vista y buscó a Lysian, era para decirle que su regalo llegaría más tarde, pero una vez más, no vio al joven pelinegro por ningún lado.

Era afortunada en cierto modo, pero de alguna manera se sintió más lamentable.

—Por cierto, Lestia, ¿Solo compraste regalos para demás? —preguntó Joel.

De hecho, los hermanos Berchester que estaban reunidos, esperaban que Lestia volviera con el carruaje lleno de cosas. Ya que si veían las cosas que había traído, descubrirían de forma natural lo que le gustaba a la pequeña.

Sin embargo, el carruaje estaba vacío a excepción de los regalos que les dio.

—¿Por qué no compraste nada para ti?

Lestia vaciló durante un largo tiempo y habló.

—Yo... de hecho compré un regalo, compré un taller de juguetes con el dinero que me quedaba.

—¿Qué?

Cuando la niña les dijo que había comprado un taller de juguete, los tres hermanos Berchester se veían asombrado.

Fue porque no esperaban que Lestia hiciera algo tan atrevido.

—Yo... ¿no debí hacerlo?

Cuando Lestia no pudo ocultar su nerviosismo, Gerard respondió brevemente.

—No importa si es lo que querías.

Mathius rápidamente estuvo de acuerdo con él.

—¡Sí, sí, no importa! ¡Litty! —era la primera vez que Mathius estaba de acuerdo con Gerard.

Sólo después de que Mathius habló, se dio cuenta y exclamó un ligero "Oh" y volvió a tomar aliento.

Joel sonrió y acarició el cabello blanco de Lestia.

—Así es. Te di todo el dinero para que lo gastaras.

Luego Mathius también acarició el cabello de Lestia.

—Nuestra Litty, eres mucho más madura de lo que pensaba. Mi hermana menor se hará cargo de una pequeña tienda.

—Entonces, Lestia, ¿Querías un montón de juguetes? ¿Los suficiente como para comprar un taller?

Pero Lestia movió todos sus dedos y dejó salir su corazón con valentía.

—No quería un juguete.

El comentario causó una gran impresión en Mathius.

—¿Qué, el dueño del taller obligó a nuestra Litty para que los comprara? ¿Qué hacían los guardias?

La chica peliblanca que lee libros y tiene hermanos chidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora