La chica peliblanca que lee libros y tiene hermanos chidos.

Capítulo 43

Los ojos grises de Lestia se llenaron de expectativas cuando Lysian le pidió que dijera lo que quería hacer.

Como el muchacho pelinegro le pidió que hablara primero, pensó que podía pedírselo con orgullo, así que rápidamente dejó salir sus palabras.

—¡Bueno... entonces! Quiero leer un libro con Lysian y quiero que comamos juntos, como antes.

—......

Lysian no respondió a la petición de Lestia sobre querer estar juntos como solían hacerlo. Sin embargo, Lestia todavía estaba sonrojada y charlaba como si un pajarito cantara.

—Y quiero dar un paseo con Lysian. Voy a ir de picnic con mis hermanos, y quiero que Lysian venga conmigo. Comamos juntos un sándwich lleno de tocino y tomates.

Lysian se echó a reír.

Parece que fue ayer que no podía decir nada y solo temblaba, pero ¿cómo podía decir sus requisitos tan claramente?

—...... Hay tanto que quiero hacer.

—¿Oh? ¿Es así? —dijo Lysian en voz baja.

Sólo entonces, Lestia movió sus dedos con nerviosismo, pensando que había pedido demasiado.

—Es extraño. No quiero tener nada ...pero quiero hacer muchas cosas—y volvió a bajar la mirada.

—......

A Lysian no le gustó la decepción de Lestia y recordó las palabras de Gerard.

<—No quiero ver más esa expresión en el rostro de mi hermana.>

Lo mismo sucedía con Lysian. Él no quería ver esa mirada en Lestia, en su lugar, ella se veía mucho mejor cuando sonreía y charlaba.

La niña, que había sido abusada en los barrios bajos, estaba encontrando gradualmente su lugar como princesa del ducado de Berchester, y él no quería interrumpir ese flujo natural.

<—Es una chica inteligente, así que no tardará mucho en acostumbrarse a la vida sin ti.> Había dicho Gerard con confianza.

<...... Sí, como dijo Gerard, eres una niña inteligente, así que no te llevará mucho tiempo. Si te adaptas perfectamente al ducado, pronto te olvidarás de mí.>

Lysian finalmente quitó su espalda de la pared y fue directamente a Lestia.

—Hagámoslo.

—...... ¿Eh? —Lestia miró a Lysian con sorpresa.

—Leamos libros, comamos, juguemos y hagamos muchas cosas.

—Lysian...—Lestia se quedó atónita.

Lysian tenía una suave sonrisa alrededor de su boca. Ella no pensó que él aceptaría su petición con esa expresión.

Así que naturalmente dejó salir las preocupaciones que había mantenido desde hace tiempo.

—Bueno... entonces, Lysian no me odia... ¿Verdad?

Lysian se sorprendió.

—Claro que no ¿Por qué te odiaría?

La respuesta de Lysian parecía un sueño.

—¿En serio, de verdad? —Lestia tenía que comprobarlo de nuevo.

—Sí, no digas cosas inútiles y vete a la cama. Es demasiado tarde—respondió Lysian y salió del salón.

Sin embargo, una mariposa de fuego revoloteó alrededor de Lestia creando una luz brillante. Fue como aquel día en el pasillo, y Lestia se dio cuenta de que no era difícil, solo tenia que seguir a la mariposa para no perderse.