La chica peliblanca que lee libros y tiene hermanos chidos.

Capítulo 70

En cuanto Lestia abrió los ojos, vio un paisaje familiar y se sintió confundida.

<¿No es ésta... mi habitación?>

Hasta hace unos instantes estaba en el palacio del príncipe heredero. No tenía ningún recuerdo después de recitar el hechizo mágico para detener el mana de Joel y Mathius.

Lestia se apresuró a levantar la parte superior de su cuerpo para ver qué pasaba, pero un fuerte dolor de cabeza la invadió.

—Uh.

Cuando Lestia emitió un sonido nasal, Joel y Mathius, que la habían estado vigilando todo el tiempo, gritaron sobresaltados.

—Litty, ¿estás bien? ¿estás enferma?

—¡Lestia! No tienes que levantarte muy fuerte. Recuéstate un poco más.

—Oh, hermano Joel, hermano Mathius...—Lestia abrió los ojos, y dejo de fruncir el ceño que era causado por el dolor de cabeza. Luego comprobó el estado de los gemelos.

Ambos estaban como siempre, sin ninguna herida.

Lestia dio un breve suspiro de alivio.

—Me alegro de que los dos estén a salvo. Yo estoy bien, es sólo un pequeño dolor de cabeza.

Sin embargo, Joel y Mathius que estaban pálidos, comenzaron a hacer un escándalo cuando Lestia dijo que le dolía la cabeza.

—¿Qué? ¡Litty! ¿Cómo te duele la cabeza? ¡dime más!

—Si. ¿Puedes explicarte mejor? Tengo que llamar al senador.

Entonces, apareció Katrina empujando a Joel y a Mathius con ambas manos.

—¡Caramba! Apártense de mi camino.

—¿Eh? ¿señorita Katrina?

Cuando Lestia cuestionó la repentina visita de Katrina, ésta puso los ojos en blanco y se rio.

—Oh, ¿estás sorprendida? Estas dos personas se apresuraron a venir porque la pequeña dama se cayó después de usar magia. ¿Hay algo más que te duela además de la cabeza?

—No, estoy bien.

—Hmm, ¿en serio?

Katrina entrecerró sus ojos desenfocados y luego miró a través del cuerpo de Lestia como si estuviera investigando el tema.

—Como era de esperar, parece que tu cuerpo se sorprendió ante el uso repentino de una magia tan grande. Pero estoy segura de que todo está bien ahora.

Ante esas palabras, Joel y Mathius cuestionaron inmediatamente sus palabras.

—¿Ahora? ¿Significa eso que puede enfermarse más tarde?

—¿Qué? ¿Es así? ¿Qué estás diciendo? Date prisa y explícate.

A Katrina se le trabó la lengua por la inusual reacción de Joel y Mathius.

—Por mucho que me presionen... nadie sabe cómo paga la magia un intérprete.

Cuando un mago utilizaba la magia, había que pagar un precio. No había nadie aquí que no lo supiera.

—Pero Katrina. El intérprete no es un mago, ¿verdad?

—Así es. Siempre he pensado de esa manera.

Ante la pregunta de Joel, Katrina abrió inmediatamente las palmas de las manos. Encima había varias piedras de mana redondas que Lestia había hecho en el palacio del príncipe heredero.