Capítulo 11

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-Que...-Mathius sólo resopló ante la provocación de Joel.

-Joel, ¿no has oído eso? Litty ni siquiera te ha llamado hermano, te llama Joel.

La expresión de desagrado de Joel se mostró ante la provocación de Mathius, pero este solo se encogió de hombros, caminó hacia Lestia, la tomó por la cintura y la alzó.

La niña, asustada por la repentina acción, miró a Mathius mientras sostenía su conejo de peluche con fuerza

Sin decir una palabra, Mathius se rio y habló en voz alta.

-¡Encantada de conocerte, Litty! ¡Nunca imaginé que tendría una hermana!

-¿Qué? ¿Litty? Mi nombre es Lestia.

-Sí, sí, es un apodo. Litty, Litty, Litty. Te llamaré así, lo decidí tan pronto como escuché tu nombre-luego de decir eso, Mathius comenzó a dar vueltas en el lugar.

Lestia también fue atrapada por Mathius y dio vueltas en círculos mientras se sujetaba de él.

-Eh... eh? -Lestia estaba confundida y avergonzada.

Una vez Lestia vio a una niña de su edad jugando con su padre de esta manera. En ese momento sintió envidia, pero cuando lo experimentó, fue tan intenso que se sintió muy mareada.

Fue una experiencia tan intensa como la primera vez que lo vio.

Lestia no tuvo más remedio que gritar con urgencia.

-¡Eh, Mathius! Me siento mareada. ¡Déjame, por favor!

-¿Eh? ¿Mathius? No, no es así, Litty. Repite después de mí; Her-ma-no Ma-thius.

-¿Eh? -Lestia se quedó sin habla cuando le pidió que lo llamara hermano.

-Sí, sí. ¡No te dejaré ir hasta que me llames hermano! -dijo Mathius y no dejó de dar vueltas mientras decía eso.

Tenía el presentimiento de que no cedería.

Al final, Lestia no tuvo más remedio que decir lo que él quería.

-¡Por favor, déjame ir! ¡hermano Mathius!

-¡Oh, me encanta! ¡Mi hermana es la mejor! - Mathius se echó a reír y abrazó fuertemente a Lestia antes de dejarla en suelo suavemente, como ella quería.

Luego les gritó a Joel y a Lysian.

-¡Ja, ja! Litty no los ha llamado hermanos, ¿verdad?

Ese desvergonzado.

Las expresiones de Joel y Lysian, que vieron el movimiento de Mathius, se hundieron fríamente por un momento. Sintieron como si hubieran perdido lo más dulce con un sujeto que no había hecho ningún esfuerzo.

Desconociendo su estado de ánimo, por supuesto, Lestia sintió un repentino silencio y puso los ojos en blanco nerviosamente.

<Supongo que cometí un error.>

Fue imprudente.

Como era de esperar, llamarlo hermano era algo que no debía hacer, ya que después de todo, él era un Berchester.

Lestia bajó la cabeza como un hábito y miró la punta de sus pies, el sentimiento de humillación era cada vez mayor.

Sin embargo, lo que estaba a la vista era el gran muñeco de peluche que le había obsequiado Joel, en lugar de los zapatos andrajosos que dominaban su cabeza.

Los pequeños ojos, la nariz y la boca, todo el peluche miraban a Lestia de una manera muy linda. Gracias a él, el nerviosismo parecía calmarse un poco.

La chica peliblanca que lee libros y tiene hermanos chidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora