Capítulo 4

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Capítulo 4.

Cuando Lestia le solicitó que hablara sobre la historia de sus padres, Joel lo pensó por un momento antes de responder como si estuviera preguntando.

—Bien, hagámoslo. Pero ya es demasiado tarde y creo que es mejor hablar cuando esté toda la familia, ¿qué te parece?

Lestia asintió en silencio, y Joel se movió como si fuera a dejarla caminar, pero eso fue solo una ilusión. Joel no bajó a Lestia, en cambio, la dejó en brazos de Lysian.

—¿Qué? —preguntó Lysian con desconcierto, pero aun así la aceptó cuidadosamente.

—Lysian, ocúpate de Lestia por un momento, yo tengo que salir de la casa por un tiempo.

—Sí...

Lestia se sorprendió por el inesperado comentario. De los dos hermanos mayores que había conocido hasta ahora, Joel fue el que le mostró más cariño, y ahora iba a estar fuera de casa, su mundo se estaba oscureciendo.

—Joel, ¿a dónde vas? — preguntó Lysian con el ceño fruncido. Lestia no era la única que estaba en problemas.

—Debo buscar al tercer hermano que escapó. Lo ordenó nuestro hermano mayor, dijo que deseaba que todos sus hermanos estuvieran en casa hasta cuando el volviera a la mansión.

—Oh, Dios mío, desbordas amor familiar—dijo Lysian con sarcasmo, pero Joel solo lo ignoró.

—Lestia, pronto te presentaré al tercer hermano, Mathius.

<Tercer hermano.>

¿Qué clase de persona era él? Lestia intentó usar su imaginación, pero no pudo lograrlo.

—Lestia, cuando regrese te compraré un regalo ¿Qué es lo que quiere mi hermanita? —preguntó Joel con afecto.

Pero ella no podía pensar en nada que quisiera.

—Un regalo no... está bien—Lestia sacudió la cabeza.

Un regalo en una situación donde todo era sospechoso solo significaba una carga, pero Joel se tocó la barbilla como si ya hubiese pensado en un presente.

—Bueno, una sorpresa también seria genial—Joel acarició la cabeza de Lestia y subió al carruaje.

—Lysian, sé amable con tu hermana.

Y diciendo solo esas palabras, finalmente Lestia se quedo sola con Lysian. El hermano pelinegro miro a la niña con vergüenza y habló.

—Oye, ya es tarde, así que lávate y vete a la cama. También trataremos tu tobillo.

—Sí...—Lestia asintió suavemente, pero su estómago rugió. Aquel sonido le hizo recuerdo de que no había podido comer nada en todo el día.

—¿Qué? ¿Tienes hambre? — los ojos dorados de Lysian se posaron en Lestia y ella no pudo evitar sonrojarse de vergüenza.

Pero aun con las mejillas de color rojo, ella fingió no tener hambre.

— No tengo hambre.

—No, ese sonido es sin duda el de alguien hambriento—dijo Lysian, porque, en primer lugar, él era una persona a la que no le interesaba fingir no escuchar el rugido de su estómago.

—Lavémonos y comamos primero. Hailock, prepara todo—ordenó Lysian, y siguiendo sus instrucciones Hailock se inclinó y miró a los empleados.

Inmediatamente, una sirvienta se acercó a Lestia con valentía. Era una criada con un voluminoso cabello rojo atado en dos trenzas que parecía mucho mayor que Lestia.

La chica peliblanca que lee libros y tiene hermanos chidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora