Capítulo 2

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—¿Tío?

—¡Sí, soy el tío de esa niña! ¡Esta es su casa!, ¡Así que no pueden ir a ninguna parte sin mi permiso!

Lestia miró a su tío con los ojos muy abiertos. Hace solo un momento, era un tío que la estaba vendiendo sin escrúpulos a unos matones, y ahora salía corriendo de la casa diciendo que era familia su familia.

La niña sonrió débilmente, y eso fue debido a que la joven Lestia se dio cuenta de que aparte de ella, no tendría a nadie quien vender para pagar sus deudas, por eso tenía prisa.

—Familia—. Susurro Lysian antes de usar un hechizo. El joven que hasta hace poco estaba en silencio con los brazos cruzados, alzó las comisuras de su boca y preguntó. —Entonces, ¿sabes por qué un matón la estaba golpeando delante de su casa?

—Eso es... eso es...—. El tío se quedó sin palabras y empezó a dar excusas a toda prisa. —Eso es porque estaba en problemas. ¿No crees que los adultos deben enseñar a los niños si se meten en problemas?

—¿Problemas? ¿Así que dejaste a una niña tan pequeña y delgada como ella ser golpeada por un hombre adulto? —Lysian dio un paso adelante, incapaz de ocultar su disgusto y pareciera que estaba a punto de crear una llama que arrasaría con todo a su paso.

Entonces Joel detuvo a Lysian con una mano.

—Lysian, espera.

—¡Maldición!

Joel bloqueó a Lysian colocándose frente a él debido a que estaba muy enfadado. Luego, miró fijamente al tío de Lestia antes de hablar con voz fría.

—¿Has dicho que eres el tío de Lestia?

—Bueno... sí —. El tío, que estaba abrumado por el aura de Lysian y Joel, apenas pudo responder con una voz apagada.

—Eso es extraño. Estoy seguro de que mi padre le pagó suficiente por la manutención de esta niña. Entonces, ¿Por qué vives en la periferia de los barrios bajos?

—¿Eh? ¿Tu padre? —pregunto el tío con voz desconcertada.

—Hace diez años, alguien debió de darte mucho dinero de manutención cuando trajo a Lestia para que la cuidaras. Mi padre no vino en persona, pero se lo ordenó a alguien para que lo hiciera.

—¡Ahhhhh! —grito el hombre mientras abría los ojos al recordar algo.

—¿Dinero para mi cuidado? —Lestia nunca había escuchado algo como eso. Su tío siempre le dijo que sus padres la habían dejado sin dejarle un centavo, así que debía pagar esa deuda.

Entonces, Lestia salía a la calle temprano todos los días para ganarse la vida vendiendo sus flores sin quejarse nunca.

—¡Eso, eso es porque cuesta mucho dinero criar a un niño! —Su tío dudó un momento, pero gritó en voz alta como si acabara de encontrar la excusa correcta.

—¿¡Sabes cuánto gasté en criar a esta niña!? ¡Las mil monedas de oro que recibí en ese entonces estaban muy lejos de ser suficiente para la manutención! ¡Es como un robo ahora que intentan llevarse a una niña que he criado gratis!

¡¿Tío!? Eso...—exclamó Lestia.

Con mil monedas de oro, una familia ordinaria con cuatro integrantes podía vivir cómodamente durante diez años. Con todo ese dinero estaba claro que tanto su tío como ella, habrían vivido en una casa limpia y espaciosa sin preocupaciones.

—¡Eres muy ruidosa! ¡Estás interfiriendo cuando un adulto está hablando, parece que no has aprendido modales! — gritó el tío de Lestia y ella se estremeció.

La chica peliblanca que lee libros y tiene hermanos chidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora