Durante la charla, Lestia aprendió mucho sobre Angela.
Descubrió que la razón por la cual estaba en una silla de ruedas era porque, debido a que había dormido durante mucho tiempo, los músculos de sus piernas carecían de desarrollo.
—Señorita Berchester, nuestra Angela es un poco única ¿verdad? —preguntó la señora Clareen, a quien le preocupaba que Angela le causara problemas a Lestia.
Sin embargo, a los ojos de Lestia, Angela parecía ser una chica muy encantadora. Era más viva, loca y misteriosa de lo que pensaba.
—No, me gusta la señorita Clareen.
—Señorita Clareen. —Angela suspiró—Lestia, me gustaría que pudieras llamarme cómodamente como en mis sueños. Estoy triste porque creo que soy la única que se siente cercana en este momento.
—¿Como en tus sueño? Señorita Clareen, ¿puedes hablarme de tus sueños?
Cuando Lestia le preguntó sobre sus sueños, Angela asintió emocionadamente.
—¡Sí! Lestia era mi amiga. Jugaba conmigo todos los días en mis sueños. Así que quise conocer a Lestia tan pronto abrí mis ojos.
La historia de los sueños de Angela, que llevaba tres años dormida, eran tan fantásticos como extraños. Aun así, después de charlar durante un largo rato, Angela suspiró profundamente.
—Vaya, pero esta es la realidad. Estoy triste por no poder ser amiga de Lestia. Me hubiese gustado no haber despertado de mi sueño nunca. Odio despertarme de un sueño.
En cuanto terminaron las palabras de Angela, se oyó el sonido de una taza de té que se rompía con un crujido.
La señora Clareen, que estaba escuchando tranquilamente la conversación entre las dos jóvenes, dejó caer al suelo la taza de té que sostenía en su mano.
—Oh Dios mío, lo siento. He cometido un error sin darme cuenta—la mujer sonreía como si no pasara nada, pero le temblaban las manos.
Lestia podía entender cómo se sentía.
—Yo también me hubiera sorprendido.
Por supuesto, sería doloroso escuchar como su preciosa familia no quería despertar nunca. Si alguno de sus hermanos hubiera dicho tal cosa, Lestia hubiera reaccionado igual.
La joven Berchester miró directamente a Angela y habló.
—Señorita Clareen, estoy tan feliz de conocerla fuera de sus sueños.
Angela ladeó la cabeza.
—¿Eh? ¿Por qué?
—Un sueño es solo eso, un sueño. ¿No deberíamos conocernos en la vida real si queremos ser amigas de verdad?
—¿Es así?
—Por supuesto. Podemos disfrutar del sol en el jardín mientras bebemos juntas un delicioso té.
—Así es—Angela asintió lentamente de arriba abajo como si estuviera convencida.
Sin embargo, enseguida bajó los hombros como si estuviera molesta.
—Pero es una pena.
—¿De qué se arrepiente?
—En mi sueño, no estoy sentada en una silla de ruedas como ésta. Cuando Lestia me leía un libro, el circulo mágico brillaban en tus ojos grises, y yo siempre volaba libremente por el cielo.
—¿Eh? —Lestia abrió mucho los ojos ante las palabras que dijo Angela, como si las hubiera derramado sin saber su significado.
Muy pocos sabían que ella podía leer los libros de magia.
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La chica peliblanca que lee libros y tiene hermanos chidos.
Fantasy"Los hermanos peligrosos de la princesa" Lestia, quién creció en un barrio pobre y un tío borracho, apenas tenía para comer al vender sus flores. Una noche, cuando su tío fue chantajeado por unos matones a causa de una deuda, él trató de vender a Le...