Capítulo 48

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Lestia y Hailock caminaron lentamente por el largo pasillo donde se exhibían los retratos en fila mientras la niña los miraba con emoción.

Lo primero que llamó su atención fue el retrato de una persona que Lestia conocía bien.

—¿Eh? ¿No es ese el hermano Mathius?

—Así es, es el joven maestro de pequeño.

El pequeño Mathius en el lienzo fruncía el ceño. Parecía estar lleno de insatisfacción por estar atrapado como modelo de retrato, pero el artista plasmó la imagen en el lienzo tal y como estaba.

—Dios mío, qué bonito—Lestia sonrió tapando su boca con la mano.

Era un Mathius con un cuerpo tan pequeño que era menos de la mitad de lo que era ahora. La pequeña cara redonda cubierta por el corto y enmarañado cabello color limón junto a los delicados ojos púrpura era demasiado lindo.

—Señorita, hay más retratos de los maestros en su infancia.

Al ver a la pequeña feliz, Hailock sonrió y señaló la pared donde estaban colgados los retratos de los hermanos Berchester.

Lestia sonrió ampliamente y miró los retratos de los hermanos uno por uno.

—Es increíble. Mis hermanos han tenido esos días.

Eran increíblemente pequeños y lindos. Sin embargo, nadie parecía poder negar que ellos eran los Berchester adultos de la actualidad.

El joven Gerard era tan frío y aristocrático como ahora, y Joel parecía haber crecido hasta convertirse en un ángel floreciente.

A Lestia le daba curiosidad, pero mientras seguía mirándolo, notó algo extraño.

—......¿Hailock, ¿Dónde está el retrato del hermano Lysian?

A esa altura ya era probable que haya retratos de Lysian cuando era niño. Sin embargo, no había ni un solo retrato del joven pelinegro.

Ahora que lo pensaba, en el retrato familiar que vio aquella vez, no contenía a Lysian.

En aquel momento, pensó que podría ser posible, pero era tan extraño que no pudiera ver a Lysian ni siquiera en la colección de retratos.

—Es extraño. ¿Cómo es posible que no haya ni uno solo?

Pensando en que debería de haber una razón, Lestia dejó de caminar y miró a Hailock.

El mayordomo tosió y se dio la vuelta, como si estuviera en problemas.

—Hmmm... mi señorita, ¿le gustaría ver el retrato que hay en la pared de allí? Aquella persona es su bisabuelo.

Lestia sorprendió a Hailock tratando de evitar la situación.

—Hailock, no he oído la respuesta a la pregunta.

Hailock se sintió avergonzado. Ahora, la apariencia de Lestia era diferente a la habitual. La pequeña frunció los labios con una expresión seria, la cual era similar a cuando Gerard lo llamaba.

Finalmente, en mayordomo se inclinó profundamente y le pidió a Lestia su comprensión.

—Lo siento, señorita, pero la respuesta a esa pregunta no es algo que pueda decir un mayordomo como yo.

Pero Lestia no tenía intención de hacer concesiones. Simplemente no quería dejar pasar la pregunta que surgió esta vez. Entonces decidió usar el poder que se le había otorgado.

—Hailock, está bien. Lo permitiré.

—¿Eh?

—Mi hermano Gerard dijo que cuando todos estuvieran fuera, yo tenía todo el derecho a decidir en el castillo. Entonces puedes decirlo.

La chica peliblanca que lee libros y tiene hermanos chidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora