La chica peliblanca que lee libros y tiene hermanos chidos.

Capítulo 94

-.......

Lysian se detuvo allí y no pudo dar un paso más.

Esta mano. Él podría haberla sacudido con mucha facilidad, pero no podía.

No podía ser posible.

Toda su codicia había comenzado por aquellas cálidas y pequeñas manos que lo retenían.

Lysian dudó durante mucho tiempo y luego preguntó.

-Yo.... ¿te he molestado?

Por encima de todo, las palabras de Lestia habían sido tan atentas que no pudo soportarlo. Se sentía culpable.

-Uf. De verdad, ¿por qué no lo sabes? -Lestia suspiró.

Luego comenzó a gritar en voz alta todo lo que quería decir.

-Lysian siempre ha sido así. ¡No me dices nada, decides todo por ti mismo, y luego te vas!

-.........

-Lo que acaba de pasar lo hice por mí misma. Mi objetivo solo era intervenir para detener la pelea, pero ¿por qué crees que gané?

Esto ya lo sabía, pero fue aún más patético escucharlo de Lestia.

-Lo siento...-Lysian se disculpó-, lo siento. Creo que he comido algo que me ha hecho mal. Estoy fuera de mis cabales. No puedo tomar una decisión racional.

Lysian se pasó una de las manos por su rostro y lentamente se giró para mirar a Lestia. Estaba decidido, pero cuando miró a Lestia de frente, ella se veía demasiado radiante que se sintió feo.

La Lestia de color blanco puro contrastaba demasiado con su propio color oscuro. Pero ya que había decidido disculparse, también quiso ser honesto.

-Creo que eres tan bonita que me estás volviendo loco, y eso es un problema porque soy codicioso. Ni siquiera puedo emitir un juicio frio sobre las cosas relacionadas contigo. Y cada vez es peor.

-Ly, Lysian...-Las mejillas de Lestia se enrojecieron rápidamente.

Para Lysian, esta era una confesión de sus feos sentimientos, pero desde el punto de vista de Lestia, recibió una confesión repentina y temeraria.

Su espalda parecía peligrosa, así que sólo la sostenía porque pensaba que volvería a desaparecer, pero su corazón palpitó rápidamente en un instante.

-Lestia Berchester. -una voz baja y mordaz volvió a ofrecer una disculpa. -Lo siento. Cuando te volví a ver, pensé que ahora podríamos desarrollar una nueva y mejor relación a comparación de cuando éramos jóvenes. Pero cuanto más avanzo, más siento que la estoy arruinando.

Los ojos de Lestia se agrandaron.

-¿Eh? ¿A qué te refieres con arruinarla? Somos amantes, ¿verdad? Sólo estamos empezando...-Lestia no podía entender.

No había nada que Lysian hubiera estropeado. Fue él quien atrapó a las dos personas que sólo daban vueltas.

Pero Lysian no pensaba así.

-¿Amantes? Creo que no. Aquel día te obligué a asentir con la cabeza-Lysian sonrió con tristeza. Luego alargó la mano y retiró el pañuelo del cuello de Lestia. Una débil marca de beso se podía ver debajo de la clavícula. -Incluso aunque dejé algo así a voluntad, nunca te revelaste. Eres muy ingenua. -las yemas de los dedos recorrieron ligeramente el cuello, pero se retiraron sin tocarlo. -No sabes lo feo que es mi interior. Así que no uses ese bonito corazón para mí. Prefiero que me evites. No te imaginas cuantas veces use este corazón para tenerte.