Capítulo 44

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—¿Qué le pasa a tu cara? ¿Qué pasó?

Sin embargo, como de costumbre, Lysian apareció de la nada, con sus hermosos y peligrosos ojos dorados mirando directamente hacia Lestia.

Lestia se sorprendió ante la repentina aparición de Lysian.

El muchacho pelinegro realmente aparecía de la nada todo el tiempo, justo como ahora. Era como si apareciera luego de leer la mente de Lestia.

Era vergonzoso cada vez.

—Oh, no es nada. ¡Comamos los sándwiches rápidamente! Dijeron que podían perjudicarse porque hace calor—Lestia abrió rápidamente la cesta de picnic que fue preparada por el chef.

Afortunadamente, Lysian se sentó en la alfombra de picnic sin decir nada.

—Vaya—Lestia vitoreó brevemente.

Toda la comida de la cesta se veía deliciosa.

La redonda y transparente botella de vidrio estaba llena de jugo de naranja recién exprimido, mientras que los gruesos sándwiches que tenían muchos tomates y tocino se exhibían en una fila.

Incluso contenía varios postres preparados.

Era más perfecto que lo que le pidió al chef que preparara.

—¡Se ve delicioso! ¿No es así? —Lestia sonrió con alegría y sacó un plato de la canasta. Luego, puso los sándwiches en él y lo distribuyó a las cuatro personas sentados a su alrededor uno por uno.

También vertió el jugo de naranja en cinco vasos y el fragante aroma de la naranja se extendió por todo el lugar.

Se sentía como si estuviera jugando a la casita.

Los cuatro hombres se sentían extraños e incómodos con toda la situación. Hace unos días, no pensaron que se reunirían y disfrutarían de un picnic.

Sin embargo, cuando vieron la alegría de Lestia, pensaron que era suficiente.

—Litty, dime si te aburres. Traje mi baraja, te enseñaré a jugar a las cartas—Mathius le enseño a Lestia las cartas que había traído.

Entonces Joel rápidamente le entregó un macarrón a Lestia.

—Lestia, no escuches a un adicto al juego como ese y toma un aperitivo.

Mientras Joel y Mathius peleaban de nuevo, Lestia les habló tímidamente a ambos.

—Haré ambas cosas—y luego tomó las cartas con el macarrón en la boca.

Sin embargo, nadie señaló la codicia de Lestia.

Era un momento muy feliz y alegre. Sin embargo, el picnic, que pensó sería pacífico, no duró mucho.

—¿Eh? ¿Qué es eso?

Fue porque Lestia, que estaba jugando a las cartas con Mathius, divisó a un caballero sobre un caballo militar que se acercaba a toda prisa hacia el castillo Berchester ondeando una bandera negra.

—Hermano Joel, ¿por qué se dirige al castillo con un espíritu tan aterrador?

La pregunta de Lestia fue respondida por Joel.

—Hmm. Lestia, no tienes que preocuparte. Es sólo un caballero de la familia real.

Mathius murmuró profundamente mientas masticaba su sándwich.

—Parece que el emperador va a ir a la guerra otra vez.

Guerra.

La palabra fue tan repentina que Lestia se vio obligada a contener la respiración por un momento.

La chica peliblanca que lee libros y tiene hermanos chidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora