La chica peliblanca que lee libros y tiene hermanos chidos.

Capítulo 81

Al día siguiente del festival de la mayoría de edad, Lestia visitó la mansión del conde de Rockvest.

Lestia estaba preocupada por Katrina, quien no se había puesto en contacto con ella en todo este tiempo y, sobre todo, quería verla debido a las palabras de Gerard sobre haber dimitido como profesora de la academia y que se estaba preparando para casarse.

Afortunadamente, Katrina saludó a Lestia con una brillante sonrisa.

—Bienvenida, niña.

En cuanto Lestia se encontró con Katrina, se dio cuenta de que algo iba mal.

Se debía a que los ojos desenfocados, estaban aún más borrosos. Además, el mana en sus ojos se sentía débil.

—Ven aquí. Quiero saber cuánto has crecido desde la última vez que vi—Katrina extendió su mano para encontrar a Lestia a pesar de que estaba frente a ella.

Su vista, que ya estaba empeorando, finalmente se agravó y terminó en ceguera.

—Señorita. Katrina...—Lestia sostuvo cuidadosamente la mano de Katrina.

Las suaves manos se sentían un poco frías.

—Mira, tus manos son tan grandes como las mías. Debes de haber crecido mucho.

—.......

—Oh, mírame. Hace tanto tiempo que no recibo visitas que ni siquiera sé qué aspecto tengo. Es difícil comprobarlo por mí misma estos días.

—Katrina es hermosa incluso si no se arregla.

Ante las palabras de Lestia, Katrina sonrió.

—¿Eh? Gracias, niña. Pero hay algo de tristeza en tu voz, así que no te preocupes tanto. Que no pueda ver no significa que mi vida haya terminado. Así han vivido muchos Rockvest.

Poco después, una mesa de refrigerios se instaló entre los dos.

Katrina no hizo nada y solo charló con Lestia. Sin embargo, a diferencia de antes, no mencionó ni una sola palabra sobre Gerard.

—Bueno, niña. Me he enterado de que has tenido la celebración de la mayoría de edad. Enhorabuena.

—Gracias.

—¿Qué tal estuvo, encontraste a algún buen chico que te gustara?

—¿Eh? ¿Un buen chico?

—¿Eh? No me digas que en un lugar como ese solo bailaste con los hombres de Berchester. Porque si ese es el caso, la pequeña señorita tiene un complejo de hermano muy serio.

Lestia sacudió la cabeza ferozmente ante la palabra "complejo de hermano".

—¡Por supuesto! Bailé con otro hombre.

Aun así. A excepción de los tres hermanos, Lysian fue el único con el que bailó.

Si Lysian todavía viviera como un Berchester, se consideraría un complejo de hermano. Pero ya no lo era, así que Lestia pudo hacer frente a las palabras de Katrina.

Sin embargo, como respondió con confianza, las preguntas de Katrina se volvieron más persistentes.

—¿De verdad? ¿qué clase de hombre era? ¿altura? ¿la forma de su cuerpo? ¿su cara era hermosa? ¿cómo era su personalidad? ¿no se equivocó al bailar? ¿cómo era su forma de vestir?

Sólo escuchó las preguntas, pero la imagen de Lysian de ese día le vino a la mente.

Sus ojos dorados que brillaban maravillosamente a pesar de estar muy enfadado. Era más alto que la última vez que lo vio. Parecía cansado, pero el peinado que exponía levemente su frente también hacía que se viera bien.