Capítulo 61

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—Lestia, lo siento. Arruiné nuestro almuerzo porque quería ir al restaurante—Angela se sentía decaída desde que habían vuelto del restaurante a la mansión Berchester.

—No, Angela. No te preocupes por eso. ¡La fuente de chocolate era realmente genial! Vayamos a un restaurante mejor la próxima vez—dijo Lestia, consolando a Angela, pero luego, preguntó cuidadosamente sobre la profecía.

Se preguntaba qué significaba el futuro que Angela vio. Sin embargo, la pregunta sólo fue devuelta con una respuesta ambigua que era similar a la interrogante hecha.

—¿Eh? Lo que dije es lo que era, porque Lestia domesticará al águila.

De alguna manera, parecía imposible desentrañar lógicamente la profecía de los Clareen. Además, el semblante de Angela se deterioró rápidamente mientras hablaba de la profecía, por lo que Lestia decidió que la conversación ya no podía continuar.

—Angela, ¿estás bien? Pareces muy cansada. Será mejor que vayas a casa.

—Sí. Lo siento. Creo que no me encuentro bien. Si hablo mucho de mis sueños, me siento extrañamente cansada—dijo la pobre Angela, que parecía muy enferma.

Así que Lestia la llevó directamente a la mansión Clareen. A la joven le preocupaba que la señora Clareen se sorprendiera, pero no se exaltó por el estado de Angela.

—Estoy un poco cansada, pero me alegro de no haberme dormido otra vez.

El cambio en el estado de su hija le pareció familiar.

—Gracias, señorita Berchester. Angela debe haber dicho una profecía el día de hoy.

—Oh, sí. Creo que hizo una predicción sobre mi futuro.

—¿Qué? ¿Una predicción sobre la dama Berchester?

Lestia le contó a la señora Clareen lo que había sucedido hoy en el restaurante, y cuando se mencionó al águila negra, el cual era el símbolo de la familia imperial, la señora Clareen tomó las manos de Lestia con una mirada perpleja.

—Oh, señorita Berchester, esto se volverá difícil, pero no preste demasiada atención a la profecía. Nadie sabe cómo se hará realidad.

Luego le pidió que, si sucedía algo, le avisara. Al final, Lestia no pudo salir de la mansión hasta que contestó varias veces que lo haría. Solo entonces, subió al carruaje y se dirigió de nuevo a la mansión Berchester.

Cuando regresara, le diría a Joel y a Mathius lo que había sucedido hoy.

A Lestia le resultaba inquietante la mención del símbolo de la familia imperial. Pero de pronto, el carruaje, que iba bien, se detuvo de repente.

—¿Eh? ¿Qué está pasando ahí fuera?

—Déjeme comprobarlo.

Cuando Lestia preguntó, el caballero escolta Elliott, abrió la puerta del carruaje y salió.

Lestia también subió ligeramente las cortinas de la ventanilla del coche y miró hacia afuera. Un carruaje grande y ornamentado estaba bloqueando el carruaje de la familia Berchester, donde viajaba Lestia.

<Ese es el símbolo real.>

Inesperadamente, en el carruaje había un patrón de un águila negra con una corona de espinas rojas.

El corazón de Lestia comenzó a latir con fuerza.

¿Por qué el carruaje imperial se dirigía a la mansión Clareen?

Lestia no creía que la profecía de Angela hubiese causado problemas. Sin embargo, lo sucedido era preocupante.

—Señorita, creo que tendrá que salir un momento—Elliot, que había salido del carruaje, regresó con una expresión preocupada.

La chica peliblanca que lee libros y tiene hermanos chidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora