Side Story Capítulo 17

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Matrimonio de Berchester - Gerard (2)

Gerard la besó primero.

¿Qué estaba pasando?

Siempre había sido Katrina la primera persona de la relación en acercarse primero. Y eso continúo incluso luego de que confirmaran sus corazones.

Incluso si abrió su mente, Gerard nunca reveló tan fácilmente sus sentimientos a través de acciones o palabras. Y aunque eso era una pena, Katrina estaba bastante satisfecha.

La gente no cambiaba fácilmente.

Sin embargo...

¿Por qué estaba haciendo esto de repente?

Se sentía feliz, pero a su vez estaba ansiosa. Tenía que saber la razón por la que hacía esto, pero Katrina estaba avergonzada y no pudo resistirse.

No, para ser más exactos, Katrina estaba demasiado abrumada por el beso de Gerard que no podía mover ni un solo dedo.

La fuerza del agarre, que sujetaba fuertemente su cintura, junto con el suave alcohol, fueron suficientes para distraer su mente.

De todos modos, como siempre lo había pensado, este hombre era un buen besador.

Era suave y apasionado, de modo que su personalidad rígida quedaba totalmente eclipsada y la hacía derretirse.

Finalmente, Katrina solo pudo ser capaz de hacerle la pregunta una vez que Gerard terminó de besarla y la miró a los ojos.

—...Gerard, ¿qué está pasando? Besarme, así de repente.

Ante la pregunta de Katrina, Gerard le respondió brevemente con una voz suave.

—Es una expresión de afecto.

—¿Eh? —Katrina parpadeó.

¿La palabra "expresión de afecto" había salido de la boca de Gerard Berchester?

Tan repentino como aquel beso, la palabra "expresión de afecto" no le resultaba familiar.

—¿Eh...? Entonces, ¿por qué de repente estás expresando tu afecto? ¿Qué ha pasado?

—Me han aconsejado.

—¿Aconsejado?

—Me dijo que debía expresar mi afecto.

—¿Eh? —a Katrina no le fue difícil averiguar quién le había dado ese consejo a Gerard.

Debió de haber sido Lestia.

Su hermana menor era la única que se atrevería a darle ese consejo a Gerard Berchester, y la única que podía hacerlo obedecer.

De cualquier manera, era una chica muy linda.

La idea de serle leal de por vida a la emperatriz, que la ayudó de muchas maneras, creció rápidamente.

—Ya veo. Fue un buen consejo. —Katrina cubrió su sonrisa con la mano.

Entonces, Gerard fijó sus profundos ojos azules en Katrina y preguntó.

—¿Lo odias?

¿Odiarlo? ¿Qué quería decir?

Katrina elevó su voz, presa del pánico.

—¿Eh? ¡En absoluto! No lo odio. ¡Me encanta! ¡Es la mejor demostración de afecto! Yo..., es que estas haciendo algo como esto de repente... tú nunca has sido así.

—No me has dado la oportunidad.

—¿Eh? ¿Oportunidad?

—Después de la boda.

La chica peliblanca que lee libros y tiene hermanos chidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora