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Emma en multimedia.

Emma:

Alcoholizarme con mí mejor amiga después de estar lamentándome durante una semana mi ruptura, hubiera sido lo ideal, sino fuero porque la mañana siguiente me quede dormida y por eso mismo iba tarde al trabajo.

Al principio arrojo mi tacón contra el despertador, aunque se las arregla para sobrevivir y seguir sonando, lo que me hace poner los pies fuera de la cama y acercarme personalmente a ponerle fin al ruido.

—¡Mierda!.—Me altero al notar la hora.—¡Eloise, Eloise!

—Déjame dormir.—Ella sigue acostada sobre el suelo, cubriéndose con las colchas.—Un minuto más, mamá.

—Tu madre no está aquí.

Cinco minutos más.

Es tarde para bañarme y por eso me apresuro en buscar ropa limpia, me quito las prendas con las que alcance a llegar a mi cama anoche y abro el grifo del lavado, pasando el agua en las áreas correctas, al acabar me echo desodorante al terminar mi aseo y paso a cepillar mis dientes.

Subo mi palma a la boca y percibo mi aliento, el rastro de alcohol es poco, pero .. ¿Qué hago con mis ojos cansados?

Voy por mi bolso, luego de vestirme.

—¡Eloise!

—¡Uhmm!.—Ahora ha ocupado mi cama.

Ruedo los ojos.—Cierras bien cuando te marchas.

No me responde y alzo la voz.

—¡Eloise!

—Sí, sí, yo lo hago.—Mueve la mano y comienza a murmurar entre sueños.—Yo lo hago, déjame dormir.

Confiando en ella, salgo del departamento con una sonrisa.







(***)






Odio el tráfico de Monte Carlo y hoy fue uno de esos días, además hace calor y estoy asfixiándome a pesar de que tome un taxi tras hacerme tarde.

Le bajo la ventanilla y me echo aire con la mano, no funciona, por lo que apoyo mi cuerpo contra la misma ventanilla e intento ver por ella, visualizo bien el enorme letrero en luces de "Royal Hotel"

Tal vez si corro. Y si no lo hago definitivamente llegare tarde.

Mierda.—Digo para mí misma y levanto la cabeza.—Déjeme aquí.—Le anuncio al taxista, sacando el número de dinero fijado en el taxímetro.

—¿Esta segura, señorita?

—Sí, muy segura.

Le pago completo y bajo del taxi.

—Que tenga buen día.

—Usted también.—Respondo amable.

Me giro, pero solo doy un paso cuando escucho gritar al taxista y un coche acaba de adelantarse, bloqueándome el paso, un coche que casi me atropella.

Un anillo para EmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora