Emma:
Van a despedirme. De ley lo harán, y seguramente si fueran tiempos pasados, me cortarían la cabeza, pero justo ahora el conde espera una respuesta de mi parte.
Y una coherente.
—Le pregunte quien es. —Vuelve a hablar, parpadeo confuso y veo como toma una respiración profunda. —No pedí una mucama, Señorita.
La palabra mucama no me afecta, es lo que soy, pero el modo despectivo en el que lo dice y se refiere es suficiente motivo para ofenderme.
—No estoy aquí por usted, conde.
Una sonrisa de burla recorre esos labios carnosos—Es difícil de creer cuando esta parada frente a mí. —Da un par de pasos hasta ubicarse delante mío.
Sus ojos me examinan a detalle.
—¿Acaso no es una simple mucama?
—Cond...—Intento hablar.
Sus ojos se abren. —¿Es alguna reportera? ¿O reportera infiltrada?
—Vendría a ser lo mismo.
Mala respuesta.
—Ya di mis declaraciones oficiales, lo que haga a partir de eso es privado y como dije, si estoy aquí solo es porque me decidí a darme unas semanas de vacaciones yo solo.
—No soy reportera.
—¿Espía?
—No existen los espías.
—Para una persona común no.
Suspiro.
—Conde, le estoy diciendo que no soy reportera, ni espía.
—¿Mucama?
—Mucama, si, pero no estoy aquí por usted.
—Por dios, no.
¿Y ahora qué?
—¿Está queriéndome decir que se metió aquí por voluntad propia, para conseguir algo de mí?
—¡Claro que no, ni siquiera es mi tipo!
El conde Fitzwilliam frunce el ceño. —Creo haber oído mal.
—No lo hizo. —Hablo claro. —Usted ni me interesa.
Sus ojos se abren, luego una sonrisa burlona muestra sus dientes blancos.
—¿Le parece cómico, Conde?
—Para ser honesto si...—Señala mi nombre en mi pecho. —Emma.
—¿Va tratarme de tú?
—Ya lo hago, Emma.
Por alguna razón mi corazón da un salto.
—¿Dices que no estás aquí ni por voluntad propia, ni por ser una espía o una periodista? Te daré cinco minutos para que te expliques, dependiendo de la respuesta que me des, etiquetare al personal de este hotel como mediocre.
—¿Suele criticar a todo un lugar por una sola persona?
—Lo hago y háblame de tú.
Arqueo una ceja. —¿Ahora me ordena?
—Dado que estoy en un puesto más elevado que el de usted.
—Eso es arrogante, conde.
—Bram.
—No lo llamare, Bram.
—No te pedí que lo hagas, solo te di mi nombre.
—Lo creo incensario, "Excelencia", dado que todo el mundo conoce su nombre.
ESTÁS LEYENDO
Un anillo para Emma
RomanceMonte Carlo, destino paisajístico de la nobleza y el hogar de Emma. Emma Dempsey esperaba un anillo y en lugar de eso obtuvo una ruptura, ahora no sólo debe aceptar que su ex novio de hace cinco años, se encuentra al lado de una mujer mucho más jove...