Emma:
El dolor en el estómago se me instala desde que abro los ojos esa mañana, desde que salgo de la habitación, donde amanecí sin Bram y desde que las doncellas no dejan de perseguirme de arriba abajo en toda la mansión.
Necesito un respiro.
Pero un día como hoy, como lo es la noche de la fiesta de compromiso, no hay descanso para mí. Hay bastantes personas en el gran salón, decorando la zona con telas y objetos medievales.
Esta vez el dolor hace sonar mi estómago, quiero salir al jardín, pero también encuentro a las chicas de servicio arreglando el jardín, la condesa quiere que todo este ideal y se está esmerando en eso.
—Señorita Emma. —La voz de Krister me llega a los oídos, me giro en su dirección, observándola en la entrada mientras yo permanezco en el jardín.
Ella viene en mi dirección y regaña a las doncellas, antes de poner su atención otra vez en mí.
—Deberían estar preparándola para esta noche, no perdiendo el tiempo.
¿Preparando? Ni que fuera el pavo de la noche de navidad.
—Señorita Emma. —Me llama la atención a mí. —Por favor, permítanos hacer nuestro trabajo más fácil siguiendo nuestras indicaciones.
—Solo deseaba tomar un poco de aire. —Contesta Annika por mí.
Krister le da una mirada callándola enseguida, suspiro y ella se vuelve hacia mí, quitándose del centro y dándome espacio para ingresar de regreso a la mansión.
—Por favor...
No pongo objeciones y dejo que me trasladen dentro, no veo a al conde en todo el día y no me da tiempo de llamarlo, las doncellas me bañan y realizan toda clase de tratamientos, donde dejan la piel de todo mi cuerpo suave y tersa, lo mismo hacen con el cabello, el cual lavan, cepillan y le hacen rulos con los bucles.
Me siento en un spa y lo disfruto.
Al menos al inicio.
—No. —Objeto.
Estoy sentada sobre la cama, vestida con una bata de baño y a mi lado se encuentran cuatro doncellas a mi cuidado, dos de ellas limándome las uñas de las manos y las otras dos de los pies, mientras los bucles siguen en mi cabello y mi espalda apoyada sobre una almohada cómoda.
—Señorita Emma, la depilación es importante. —Continua Krister y baja la mirada a mi entrepierna. A su lado hay una quinta doncella, quien lleva la cera de depilación en las manos.
Estoy depilada, pero no peladita, además prefiero depilarme con crema, antes que usar cera, la que ahora mismo causa escalofríos en mí y provoca que mi piel se erice.
—Queremos que se vea hermosa.
¿Voy a enseñarles la cuca a los invitados o cómo?
—No creo que sea necesario. —Menciono y ella capta lo que quiero decir, compartiendo una mirada de burla con la doncella que lleva al lado.
—Lo es. Debemos quitar todos esos vellos, sobre todo si su vestido es sin mangas.
No tengo bellos ahí, solo el color medio oscuro que todas las mujeres tenemos en esa zona.
—Chicas. —Pide la jefa de las doncellas.
Las chicas dejan de atender mis manos y pies, una de ellas coloca las manos alrededor de la cintura de mi bata y abre los cordones dejando expuesta mi desnudes, la doncella al lado de Krister le quita la tapa al frasco y mientras entre cada una me sostienen de las extremidades, ella se acerca a mí.
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Un anillo para Emma
RomanceMonte Carlo, destino paisajístico de la nobleza y el hogar de Emma. Emma Dempsey esperaba un anillo y en lugar de eso obtuvo una ruptura, ahora no sólo debe aceptar que su ex novio de hace cinco años, se encuentra al lado de una mujer mucho más jove...