Bram:
Observo el vehículo estacionado y que aguarda en la entrada, mi mente se encuentra perdida y un malestar se mantiene desde anoche en mi pecho.
—Lord Bram.
Giro al reconocer la voz de Paul, me hago a un lado dándole permiso para que deje las últimas maletas en el coche, pasa de largo y lo sigo con la mirada hasta sentir la presencia de Emma a mi lado.
La mujer de la que no obtuve una respuesta a la pregunta que hice la noche anterior baja las escaleras y por un momento su mirada se conecta con la mía, se mantiene seria, pero trata de sonreír cuando la tengo al lado.
—Bram.. —Logra pronunciar luego de detallarme.
—Conde, las pertenencias ya se encuentran en el coche —Nos avisa Paul y ambos colocamos la mirada sobre el.
Asiento con la cabeza y observo a mi mujer, Emma pasa de largo y se dirige a los asientos traseros, Paul mantiene la mano en la puerta y antes de ingresar detrás de ellas, su voz vuelve a pararme.
—¿Todo bien, Lord Bram?
Eso espero
—Todo bien. —Miento. —Vayamos a casa.
Asiente y me cierra la puerta cuando ya estoy adentro, Emma y yo no compartimos miradas en el trayecto y cada minuto que pasa sin tener su respuesta es una maldita tortura.
(***)
Tomar una siesta mientras Emma se decide en tenerme en su vida o no era lo que necesitaba hacer ahora y mis planes terminaron arruinados cuando la visita inesperada nos aguardaba en casa.
—¿Te gustó la propiedad?
Cerca al mar, con una vista impresionante y praderas verdes a su alrededor y todavía lo pregunta, no, aunque sea su ego quien lo hace y tengo que tragármelo, ya que la cualidad viene de familia.
Tomo un respiro profundo. —Ya la había visto, claro que me gustó. —Le recuerdo al duque.
—¿Y a tu futura esposa, querido primo?. —Se acerca a mi escritorio.
—Le encantó. —Respondo y me levanto a llenar en dos vasos de cristal, el vino que tengo guardado en uno de los cajones del escritorio.
Sirvo ambos vasos y le entrego uno, no hay motivos para brindar, siempre lo hacemos por simple gusto.
—Es un excelente lugar para criar a sus hijos ¿No lo crees?
El vaso roza mis labios y mi mirada se levanta.
—Aunque si prefieres una propiedad más grande.. —Separa los brazos y retrocede caminando alrededor del salón.
Arqueo una ceja. —¿Ahora soy un cliente más?
—Negocios son negocios.
—¿Qué opinan tus padres de vender lugares históricos?
—Son inversiones.
—Si, porque no lo supuse.
Ambos reímos.
Bajo el vaso al escritorio y me sirvo otro, Emma ahora mismo debe encontrarse con Clary, y no sé si es buena señal o no. Clary no es buena en dar consejos, no, si lo es, pero no quiero que ese tipo de consejo se lo de a Emma.
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Un anillo para Emma
RomanceMonte Carlo, destino paisajístico de la nobleza y el hogar de Emma. Emma Dempsey esperaba un anillo y en lugar de eso obtuvo una ruptura, ahora no sólo debe aceptar que su ex novio de hace cinco años, se encuentra al lado de una mujer mucho más jove...