Un anillo para Emma

3

Emma:

Después de narrarle a Eloise mi encuentro con el conde, no deja de burlarse hasta que pierde el aliento.

Con una ceja arqueada pregunto.—¿Ya terminaste?

Eloise se lleva una mano al pecho.—Lo siento, lo siento.—Repite.—Pero no puedo creer la mala suerte que tienes.

Ella coge el sobre de papitas que se encuentra sobre mi cama, lo abre y se mete uno a la boca.—

—Aunque si se encontraba como describes, no creo que haya sido tan mala suerte.

—Lo será si me despiden y... no tengo ningún interés en ningún hombre ahora, menos en un conde que puede traerme problemas en mi trabajo.

Confundida, Eloise pregunta.—¿Qué no querías casarte?

—Creo fielmente que en algún momento, solo.—Encojo los hombros.—No debo forzarlo, el llegara.

—Tal vez ya llego.

—Eloise, olvida tus ideas de cuento.—Suspiro.—Primero debo reponerme de esta ruptura..

Eloise se mete otro pedazo de papa a la boca y mastica, al pasarlo, me dice.—Es un idiota, sabes que llevar a la niña lo hizo para fastidiarte. Él sabe que trabajas ahí.

—Y también es el mejor hotel de Monte Carlo, pero sí, estoy segura que sus razones son esas.

—Por eso mismo el hotel es bastante grande.

—Mientras no pida mi servicio a la habitación.

—Al menos ahora sabes que terminar con él fue lo mejor.

No respondo.

—Vamos, tú te querías casar, el no. Iban por caminos distintos.—Me recuerda.

—Aun así, siento que perdí cinco años de mi vida y...—.Cinco años que no voy a recuperar.—No puedo creer que seguí llorándole y él ya me había cambiado por esa niña.

—Un motivo más para seguir saliendo a emborracharnos cada noche... ¿Cuándo lo hacemos de nuevo?

Sonrio.—Fin de semana, no puedo llegar tarde al trabajo y darle un motivo a la jefa de personal de que me despida.

—El fin de semana será.

Tomo una respiración profunda.—Y por ahora, me asegurare de no encontrarme a Richard.

—Espero que siga siendo igual.

—Yo también.

(***)

—Emma, que bueno que llegas.—Lottie tira de mi antes de que cruce el vestíbulo.

—¿Qué sucede?.—Pregunto con una sonrisa curiosa.

Se cuelga de mi brazo y me lleva, bajando las escaleras. La jefa ha organizado una reunión con el personal, con una parte pequeña del personal de este lado del hotel, donde se está hospedando el conde.

—Señorita Dempsey, tan temprano como de costumbre.—Me indica, todos los pares de ojos en el salón y de mis compañeros se ubican sobre mí.

Hago un gesto y la jefa vuelve a dirigirse hacia todos.