Emma:
—Gracias por dejarme pasar a secarme. —Pronuncio limpiando mi cabello con la toalla que me ofreció del baño.
—No hay por qué. —Señala mi cuerpo y por un momento pienso que me he mojado tanto como la vez anterior que estuve aquí. —¿Quieres que te preste otra camisa?
Observo mi cuerpo y suspiro aliviada.
—No, solo fueron pequeñas gotas.
—Odiaría que te enfermes por eso.
—Aun si pasa. —Le extiendo la toalla y él lo sujeta. —No fue tu culpa.
Debo hablar con la jefa y decirle que los aspersores se encuentran averiados, aunque si lo hago, probablemente me pregunte que hacia una noche en el parque y lo primero que intuirá es que estuve con un huésped.
Si, mejor me quedo callada.
—Tengo que irme.
Harvey camina bloqueándome el paso hacia la puerta y de forma graciosa, sacándome una risa corta de los labios.
—¿Y si mejor decides no hacerlo?
Alzo las cejas.
—Podríamos preparar algo o seguir la cita aquí. —Se acerca a mí y me toma del rostro.
¿Voy muy rápido con este chico?
¿Qué importa, Emma? He ido lento antes y como terminó, además no soy tonta, se cuándo debo dar un paso al costado o seguir como ahora.
Harvey acerca sus labios a los míos, pero no llega a tocar, menos a rozar mi boca. Mi teléfono vibra, Harvey cierra los ojos y yo también.
Me aparto de él disculpándome y observo mi teléfono. Es un mensaje del conde.
"Te necesito... ¿Dónde estas?"
Suspiro.
—¿Ocurre algo?
—Sí, debo volver... Asunto de trabajo.
Harvey arquea una ceja. —¿No estas fuera de horario?
No aplica con el conde.
—En serio me tengo que ir. —Digo dándole una mirada a la puerta. Harvey se hace a un lado. —Lo siento.
—Yo lo siento.
—¿Qué?
—La próxima vez considerare preguntar a dónde quieres ir.
Mis mejillas se acaloran, no solo por escuchar "Próxima vez" sino porque he sido...
—¿Fui muy obvia?
—No, pero acabas de serlo. —Sonríe Harey.
Cierro los ojos sintiéndome culpable y niego antes de abrirlos de nuevo.
—Harvey..
—Te recompensare con una segunda cita.
Abro mucho los ojos.
—Si aceptas una.
—Aunque aún no acabe la primera.
—Si... —Me apunta con el dedo. —¿Debes calificar esta primera, no?
Rio.
—Así es.
Mi teléfono vuelve a sonar, bajo la mirada. Un segundo mensaje del conde ha llegado.
—Tengo que...
—Sí, claro.
Intenta besarme en los labios, pero yo retrocedo, nos miramos confusos sin saber cómo despedirnos y acabo tomando sus brazos, acercando mi mejilla a sus labios.
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Un anillo para Emma
RomanceMonte Carlo, destino paisajístico de la nobleza y el hogar de Emma. Emma Dempsey esperaba un anillo y en lugar de eso obtuvo una ruptura, ahora no sólo debe aceptar que su ex novio de hace cinco años, se encuentra al lado de una mujer mucho más jove...