Emma:
—Buenos días, Señorita Emma. —Me saludan con una reverencia dos de las chicas de servicio que me encuentro al bajar las escaleras.
Ellas lleva su traje de mucama y mientras una tiene una canastas de ropa limpia, la otra un conjunto de sabanas dobladas en las manos.
—Buenos días. —Respondo sujetándome de la baranda de madera de la escalera.
Sigo bajando las siguientes gradas, con Annika siguiéndome los pasos, ella estuvo esperándome fuera de la habitación mientras me preparaba para salir y creo que es algo que se volverá cotidiano, aunque ya he marcado las pautas de privacidad con ella, por ejemplo, a la hora de estar con Bram o cuando tengo que usar los servicios, más allá de eso no me molesta que me siga porque es su trabajo, mientras no se meta en lo que debo hacer o decir.
Como pretenden hacerlo el consejero y la jefa de doncellas.
—Buenos días.. —Me vuelven a saludar al poner los pies en el primer piso, con la misma reverencia.
Varios de ellos están colocando los jarrones de regreso al gran salón de baile, donde se llevó a cabo la fiesta de compromiso, se detienen y hacen reverencia al verme, hasta que la jefa de las doncellas llega hasta mí.
—Futura condesa. —Se inclina un poco y solo muevo la cabeza con asentimiento. Ella mira a Annika y mantiene los ojos nuevamente sobre mí. —¿Cómo amaneció después de la fiesta de anoche?
—Muy bien.. ¿El conde..?
—El conde esta desayunando en el salón, justamente venía a buscarla. —Ella suspira. —Se le pegaron muy bien las sabanas.
—Tuve un sueño placentero, que puedo agregar. —Respondo fastidiándola. —¿El dónde esta?
La sonrisa se le borra y me pide que la siga, pasamos por el salón de baile y nos dirigimos al siguiente, donde la sonrisa crece en mi rostro al verlo de espaldas, esta solo con el diario mañanero en las manos, mientras al lado en la mesita y sobre ella se encuentra una taza de porcelana, de donde sale el vapor de un café caliente, mientras sobre un plato del mismo material se encuentra unos sándwiches y verlos me hace imaginar a nosotros viviendo casados y yo preparándole el desayuno, o a él ayudándome, pero ahora sé que, viviendo en esta mansión no puedo esperar que me dejen hacer esos detalles.
Trato de no pensar en eso y voy hacia el.
—Espere, futur...
Krister intenta pararme, pero no me detengo, aunque el llamarme hace girar al conde, el me recibe con una sonrisa y termino sentada sobre su regazo mientras mis labios van a los suyos.
Krister carraspea.
—No puede ser.. —Bram gruñe en mis labios y se gira hacia ambas mujeres, mientras mantiene la mano en mi cadera. —Un poco de privacidad.
Da la orden incomodo, Annika asiente con la cabeza y Krister lo observa con sorpresa, pero ambas se retiran luego de agachar la cabeza ante el tono de voz de Bram.
—Buenos días, hermosa.
Con mis manos alrededor y una larga sonrisa, respondo. —Buenos días, mi conde.
—¿Amanecimos posesivos hoy?. —Bromea y lleva los labios a mi cuello, provocándome cosquillas
Encojo los hombros. —¡Bram! No..
Lo aparto empujándolo hacia atrás y me encuentro con su sonrisa. El intenta besarme otra vez.
—Que no, dije. —Lo apunto con el dedo.
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Un anillo para Emma
RomanceMonte Carlo, destino paisajístico de la nobleza y el hogar de Emma. Emma Dempsey esperaba un anillo y en lugar de eso obtuvo una ruptura, ahora no sólo debe aceptar que su ex novio de hace cinco años, se encuentra al lado de una mujer mucho más jove...