Emma:
Tengo los brazos y las piernas entumecidas por la posición y un cansancio leve me recorre el cuerpo cuando abro los ojos, el conde se encuentra despierto y a mi lado, observándome como si hubiera esperado bastante a que despertara.
—¿Me has vigilado mientras duermo? Tétrico. —Me burlo y él se ríe, mientras yo estiro las manos arriba de la cabeza.
—Dormiste mucho. —Se coloca sobre mi, evitando cualquier modo de escape, aunque en esta posición lo menos que deseo hacer es escapar.
—¿Qué hora es?. —Pregunto enarcando una ceja. Bajo las manos a sus hombros
—Casi las 10, tenemos menos de 3 horas antes del almuerzo.
—¿Y me perdí toda la mañana durmiendo?. —Digo indignada. —¿Por qué no me despertaste, Bram?
El baja la mirada un poco y la vuelve a subir, acostándose a mi lado. Lo miro confundida y el no tarda en responder.
—La vida de una condesa no es.
—¿Otra vez ese discurso?. —Le interrumpo en broma.
La sonrisa no aparece, acerca su mano a mi rostro mientras se apoya sobre el colchón con el codo contrario.
—Quiero que descanses lo suficiente este fin de semana.
—¿Por qué ya no lo haré más?. —Mantengo mi sonrisa. —Bram necesitaría muchos fines de semanas para tener un descanso suficiente después de saber lo que se viene.
—¿Me estás pidiendo otro fin de semana?. —Rie.
Niego. —Solo que disfrutemos de esto.
Le plantó un beso suave en los labios y cuando su mano se ubica en mi nuca para profundizar lo detengo y me bajo de la cama.
—Emma.
Me giro hacia el de camino al baño y acerco mi palma a mis labios, arrugo las cejas y me vuelvo hacia el. —Déjame cepillarme los dientes y .. —Se ríe. —Saldremos de aquí.
Lo último que veo es como cae contra el colchón, antes de irme al baño.
(***)
Tengo los ojos muy abiertos sobre el coche frente a mi y afuera de la casa, unos brazos fuertes me presionan por detrás y a su vez un beso va directo a mi mejilla, obligándole a encogerme.
Bram me suelta y como todo un caballero, me abre la puerta del coche, realizando una reverencia que me termina por hacer reír, agacho la cabeza y le sigo el juego sujetando las puntas de mi falda con ambas manos.
Tomo el asiento de copiloto y el rodea el coche para subir, ubica su mano sobre la mía una vez adentro y besa mis nudillos.
Los dedos lo ubico en mi vientre al escuchar como cruje.—Muero de hambre.
Se ríe y baja la mirada al lugar. —Eso noto.
Le pellizco el hombre y vuelve a reír, el corazón me late con emoción y sin hacer preguntas espero que me lleve a donde desea, unos minutos más tarde estaciona el coche frente a un restaurante con vista al mar, una vista más cerca a diferencia de la casa.
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Un anillo para Emma
RomanceMonte Carlo, destino paisajístico de la nobleza y el hogar de Emma. Emma Dempsey esperaba un anillo y en lugar de eso obtuvo una ruptura, ahora no sólo debe aceptar que su ex novio de hace cinco años, se encuentra al lado de una mujer mucho más jove...