Emma:
—¿El conde realmente hizo eso?.—Pregunto sin creerlo.
Eloise asiente con la cabeza.—Gracias a el tengo trabajo otra vez... ¿No es grandioso? Hablo con Blanca Morrison, una diseñadora. Él me recomendó.
Niego con la cabeza. una sonrisa se instala en mi rostro.—¿Por qué no me lo dijo?
—Tal vez no quería que lo hace por ti o algo similar.
—Eso es ridículo y aun si lo hizo por mí, te dio una oportunidad, eso es lo que importa.
Eloise sonríe.
—Te vez feliz.
—Es una gran oportunidad.—Suelta con alegría.—Yo diseñando ropa para Blanca Morrison. ¿Sabías que el conde y su madre usan sus prendas?
—Estoy feliz por ti, en serio y ahora necesito que me ayudes a conseguir un vestido para esta noche.
Eloise hace una mueca.—¿Realmente asistirás?
—Es eso o asistir como empleada.—Y aunque sea mi día libre, la jefa puede ser cruel. Pero ya Richard presento la lista de invitados, algo que el hotel no se niega a aceptar, después de todo les están haciendo publicidad.
—No puedo creer que ese imbécil te invitara.—Me dice Eloise con cierto malhumor.—¿Qué clase de ex te invita a su matrimonio? ¿Y qué clase de ex..—Me señala.—Va al matrimonio de su ex? Ustedes ni siquiera terminaron en buenos términos.
—Es el momento perfecto para hacerlo, además creo que necesito esto.
—¿Humillarte?
—Dejarlo ir.
Arquea una ceja.—¿Ya no lo habías dejado ir?
—Ahora lo hare más. No quiero tenerle rencor por lo que me hizo y quiero avanzar...
—¿Con el conde?
Me sonrojo.—Si el desea acompañarme no puedo decir que no.
—¿Realmente te gusta mucho, no?
Aun con las mejillas ardiéndome, respondo.—Me gusta mucho.
(***)
La ceremonia no ha empezado y ya tengo la mirada de la jefa, el dueño y de la hija del dueño sobre mí, quienes también fueron invitados, a excepción de la jefa, quien está supervisando que los empleados hayan colocado cada cosa en su lugar.
Richard eligió uno de los jardines centrales como el lugar de la boda, espaciosa y con una pileta en el centro de este, un lugar perfecto y que seguro le encanto a Desiré, su niña quinceañera.
Aparto la mirada de Jennifer McDougal, quien aparentemente quiere asesinarme con los ojos. Es más, si eso fuera posible, ya me hubiera desintegrado desde el momento en que cruce el jardín.
—Te ves hermosa, pero no es el vestido que hubiera elegido para ti.—Me dice Bram al lado.
Es verdad, Bram ama los vestidos que no cubren tanta piel y mi vestido de hoy es un poco más cerrado, de color rosa pálido hasta arriba de las rodillas, con la caída desde la cintura, mientras en el pecho tiene unos pocos brillos y aunque todo es cerrado, incluso hasta los brazos, la tela que cubre la espalda a excepción de un circulo debajo del cuello, es traslucida, sin embargo aunque no es muy escandaloso como los dos vestidos anteriores que me dio Bram y eran de noche, siento que este vestido es el adecuado para una boda que se realiza en un jardín.
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Un anillo para Emma
RomanceMonte Carlo, destino paisajístico de la nobleza y el hogar de Emma. Emma Dempsey esperaba un anillo y en lugar de eso obtuvo una ruptura, ahora no sólo debe aceptar que su ex novio de hace cinco años, se encuentra al lado de una mujer mucho más jove...