2

8.7K 783 130
                                    

Emma:

Salgo de la habitación con el vestido puesto y unos zapatos de color plata que dejó Bram al pie de la cama. Me encuentro con el esperándome como prometió y enseguida me ofrece la mano, la que tomo con una sonrisa y ambos recorremos el pasillo repleto de pinturas en las paredes, hasta llegar escaleras abajo.

No dejo de asombrarme con cada cosa que veo y el comedor no es una excepción.

Tampoco encuentro la diferencia entre un palacio y el hogar del conde, el comedor es bastante amplio y lo primero que distingo en medio de la habitación es que su madre se encuentra ahí, vestida con un traje claro, lo que consta de una falda hasta las rodillas y un saco del mismo color crema.

Se ve amable y me sonríe al verme entrar, ella me recibe.

—Emma. —Pronuncia la condesa y pone los ojos en su hijo, enseguida se vuelve hacia mi. —Me da mucho gusto conocerte.

—El gusto es mío, condesa. —Se que Bram dice que no se hacen reverencias y aún así lo hago, sin embargo ella me detiene.

La condesa me acerca a sus brazos y me abraza, con una sonrisa brillante.

Luego se aparta y se acerca a Bram, pienso que lo va abrazar, pero entonces veo como tira de su cabello dejándome con los ojos abiertos.

—¿Cómo te atreves a colgarle el teléfono a tu propia madre, Bram Alexander Michael Fitzwilliam Frederick ?

—Madre. —El conde intenta hablar con ella.

—Ni una llamada y te llevas a Paul sin mi permiso. —Lo suelta y suspira, se vuelve hacia mi. —Al menos me complaciste trayendo una esposa contigo.

—¿Deberían tomar asiento, mi condesa?. —Interviene el mismo caballero que recibió a Bram, a su vez, el consejero de la condesa hace su aparición, con una reverencia.

—Lamento llegar tarde, condesa.

—Llegas en un buen momento. —Responde ella.

Nos pide  que tomemos lugares en la mesa, donde nos esperan platos vacíos y cubiertos.

Muchos cubiertos.

¿Cuál de ellos se supone que debo usar?

—Sirvan la cena. —Ordenan.

Las chicas de servicio, quienes se encuentran a nuestro alrededor, sirven cada platillo que se encuentra ubicado en varios carritos de comidas de color metal.

Me acerco despacio a Bram, quien se ha sentado junto a mi. —¿Paul?

—Aún no llega. —Murmura.

Nos traen platillos de todo tipo, comida inglesa y de otros orígenes, también hay ensalada de patatas, ensalada normal, cerdo y pollo. Todo decorado en cada plato.

Observo el mío e intento averiguar que cubierto usar, Bram me hace un gesto y coge el cubierto, enseñándome con disimulo.

Sigo sus movimiento y cojo ese cuchillo, con ese cubierto que el mismo tomo.

Me meto el pedazo de cerdo a la boca y mastico.

—Emma...—Pronuncia la condesa. —¿Te ha gustado Inglaterra hasta ahora?

Paso el pedazo de cerdo y apoyo las muñecas sobre el filo de la mesa, sin soltar cada cubierto que llevo en ambas manos.

—Lo poco que he visto me ha encantado, condesa.

—Por favor, dejémonos de formalidad. —Me responde ella. —Vas a casarte con mi hijo, llámame Dayane o mamá.

¿Mamá que?

Un anillo para EmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora