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Emma:

—Besaste al conde ¿Y? ¿Por qué te estas quejando en lugar de saltar en un pie?.—Me suelta Eloise.

Le doy una mirada de pocos amigos, ella ríe.

—Es lo que yo haría.

—¿No tendríamos que estar avanzando en lugar de chismosear?—Le recuerdo, mientras le ayudo a colocar los botones del traje.—¿Y No salías con ...

—Salía.—Me detiene mi amiga.—Ya sabes que mis relaciones no duran tanto y ya sabes el porqué..

Su odiosa jefa o como ella la llama, Cruella.

Quien es la razón de porque Eloise me pidió ayuda, Eloise trabaja como ayudante de diseños de vestuario, aunque prácticamente ella hace todo el trabajo y es la jefa quien se lleva el crédito. Le he dicho que vale más, pero ella no lo cree porque cuando busca oportunidades, la mayoría la rechaza.

Eloise al final se dio por vencida y se quedo trabajando para esa mujer.

—No puede ser tan malo.

Eloise ríe. —Eso quisiera creer yo. Parezco su sirvienta...—Ella se detiene al verme.—Lo siento.

—Hubiera sido menos ofensivo si no dicho "Lo siento".—Sonrio.—Esta bien, es lo que soy, aunque la palabra es mucama o multiusos y no debe ser tan mala como mi jefa.

—Emma... estamos trabajando en mi día libre. No lo sé.

—Detecto sarcasmo.

—Genial, es como quería que se oyera.

Niego con la cabeza y me ocupo en el siguiente botón, pero lo dejo por la mitad para ir por dos vasos de limonada. Llego al comedor, de la mesa cojo la jarra y le sirvo a ambas.

Desde la sala la escucho.—¿Sabes que si tu fueras mi jefa no me molestaría?

—Ajamp.

—¿Qué quiere decir Ajamp?

Dejo la jarra en su lugar y llevo ambos vasos.—Que ya te conozco para saber que iremos hacia la misma conversación de siempre.

—¿Y qué conversación seria esa?

Le doy una mirada poco creíble y le entrego el vaso.

—En el que me dices que debería regresar a mis sueños y estudiar modas, pero eso se acabó.

—¿Por qué se acabaría? Eres joven aun y si tu fueras mi jefa. No sería tan miserable.—Sacude el saco al que le pone el botón.—Y no estaría un día libre terminando los diseños a última hora.

—¿Eso crees? Sería una jefa muy cruel.

—No creo que peor que Cruella.

Ruedo los ojos.

—Pero creo que sabes a donde voy.--

—Eloise.

—Insistes tanto en que siga intentándolo, pero tu no lo haces.

—Es diferente.

—¿Diferente cómo?

Bajo la mirada.—Un sueldo de mucama no paga una carrera de modas, Eloise.

—Quizás debas pedirle ayuda al conde.

Abro los ojos, Eloise sonríe.

—Para nada hare eso, además...—Ni se cómo le mirare a la cara.

—Vamos, fue un beso. Las personas se besan.

—Las personas que se desean y el conde es mi amigo.

Un anillo para EmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora