Emma:
Mantengo la mirada fija en la bola y sujeto el palo con fuerza, tengo al Conde a mi lado dándome indicaciones y cuando le digo que puedo hacerlo sola, el da dos pasos atrás, dándome espacio.
Entrecierro los ojos y hago el movimiento de atrás hacia adelante, dos veces y en una tercera, hago que palo golpee la bola, la cual rueda hacia una sola dirección, bajo la mano y espero que llegue al lugar del hoyo, atrás de mi murmuran esperando el resultado y Bram lo hace con cierta emoción.
La bola se detiene en el hoyo y mi sonrisa se empieza a borrar, pero no desaparece porque después de dos tabaleos cerca del hoyo, la bola cae directo en él y salto de emoción volviéndome hacia el conde.
Nuestras miradas se encuentran y me lanzo a sus brazos llena de emoción, sintiendo la mirada de todos los presentes, sobre todo esas dos mujeres que no han dejado de reparar y buscar alguna imperfección en mí, para juzgarme igual que los de esas notas periodísticas.
—¿Les parece si vamos a refrescarnos antes de seguir?.—Ofrece el dueño.
Todos aceptan y Bram me extiende la mano, la cual no dudo en tomar, paso por delante de esas dos mujeres y sin la pena que creen que debo sentir, camino al lado de mi futuro esposo, con una sonrisa.
—Estuviste increíble.—Menciona y mi mirada se encuentra con la suya.
Pego mi hombro a su hombro y entrelazo nuestros dedos.
—Aún no hemos ganado, conde.
—Me estoy divirtiendo a tu lado.—Baja un poco la voz y se acerca a mi.—Suelo evadir estas reuniones, así que gracias.
Me rio.
—¿No son amigos..?
—Míos no, de mi familia si y debo mantener la amistad que mantuvo mi padre.
—Eso significa que debemos quedar bien.
Hace una mueca. —Así es.
Escucho murmullos otras vez y apenas me giro, pero mantengo la vista en frente con el mentón elevado, una sonrisa está a punto de escaparse y Bram se da cuenta, también se gira, a lo que las dos mujeres paran de golpe cuando él las ve y al regresar con la atención en frente el termina riendo conmigo.
Ingresamos a la mansión y nos llevan a la sala principal, donde tomamos asiento mientras esperamos el té que traerán las chicas de servicio, entran tres, colocando todo de forma ordenada sobre la mesa de centro y se retiran después de una reverencia breve, sobre todo a mí y a Bram.
Margaret frunce el ceño y se vuelve hacia ellas. —Ya dejaron todo, vuelvan a su lugar. A la cocina.
Junto las cejas, pero ignoro la palabra cuando mi mirada se encuentra con Bram.
—Antes de continuar con nuestro juego, quisiera hablar con usted, Conde. —Le pide Richard Vaughan. —¿Me da el placer de acompañarme?
Bram me observa.
—No se preocupe, ella estará bien. Dejemos que nuestras mujeres charlen un poco.
Asiento con la cabeza y Bram se retira hacia los pasillos, junto al dueño de la mansión y el amigo de él.
Sujeto mi taza de té y me lo llevo a los labios, Magaret y Joanne me observan con disimulo, con una sonrisa burlona en sus caras por como estoy sujetando la taza.
Tal vez necesito clases de esto.
Al final los buenos modales no cambian quien eres.
—Debo decir que me sorprende verla aquí. —Menciona Magaret acercándose a mí, su amiga permanece en el mismo lugar. —Es una agradable sorpresa.
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Un anillo para Emma
RomanceMonte Carlo, destino paisajístico de la nobleza y el hogar de Emma. Emma Dempsey esperaba un anillo y en lugar de eso obtuvo una ruptura, ahora no sólo debe aceptar que su ex novio de hace cinco años, se encuentra al lado de una mujer mucho más jove...