10

8.2K 942 111
                                    

Bram:

Acompaño a Jennifer en su habitación en Royal Hotel y antes de entrar a su habitación, se vuelve hacia mí.

—Conde, muchísimas gracias. —Dice sonrojada. Y se ve desconfiada de decirme lo siguiente, pero lo hace. —¿Le gustaría pasar?

¿Qué una mujer me invite con intenciones clara a su habitación? Eso es algo que jamás rechazaría, por más atractivo que tenga y a la señorita Jennifer, eso le sobra.

Concentrate, Bram, no te dejes perder por la belleza.

No quiero, ni debo meterme en líos.

—Creo que su padre está esperando, señorita.

La cara se le llena de vergüenza.

—No tardare.

—Seguro que no.

Definitivamente lo hará.






(***)




Regreso al almuerzo, luego de dejar a Jennifer con dos mucamas que fueron con su ayuda. Me libro de ella, pero ni bien me encuentro con su padre, el me ofrece un trago.

Conversamos de negocios o eso creo, sin embargo, detesto que intente impresionarme y que quiera mostrarse como alguien de un título elevado, capaz de ver a otras personas como inferiores.

Considerare en no recomendar este hotel a nadie.

—Conde, agradezco que aceptara mi invitación...—Y sigue hablando. —Y ya que pudo conocer a mi hija..

¿Dónde está Emma?

No la veo en ninguna parte, mis ojos recorren a los empleados y se detienen en la chica que parecía más unida a Emma.

Me acerco a ella, pero tres chicas se adelantan, bloqueándome el paso.

—Conde... Mucho gusto.

Arqueo una ceja.

—Soy Angie.

—Yo Sherry.

—Y yo Gina.

Me dan una mirada coqueta.

—Disculpen, señoritas, —Menciono. Ella abren la boca indignadas, voy hacia la chica detrás de ella, quien se encuentra mordiendo uno de los postres del almuerzo, que ya no servirán tras el incidente.

La chica se da cuenta que voy hacia ella y con el pastelito en la boca. —C-ond...

Quita el pastelito de su boca y se inclina, haciendo una reverencia, sus tres compañeras detrás de mí se ríen con un tono claro de burla.

Esta chica tiene un sentido particular, que a mi primo el duque le encantaría.

—No es necesario la reverencia... ¿Tu nom...

—Lottie.

—Lottie, no es necesario. —Hablo.

Las mejillas de la chica se llenan de color rojo y endereza la espalda. —Lo lamento.

—Descuida. ¿Eres amiga de Emma?

—Sí, Emma es mi amiga. —Esta vez habla más claro.

—¿Sabes dónde está?

—Debe estar limpiándose en los baños y.. —Saca su teléfono del bolsillo. —Hace unos minutos me dijo que la despidieron.

¿Despedir?

—¿Qué?

—La jefa no permitió que nos despidamos de ella y...—Dice con tristeza.

—¿Ahora crees que siga en el hotel?

—Creo que si se apura la encontrara en algún baño, el baño más cerca está un piso más abajo.

—De acuerdo, gracias.

Giro el rostro, buscando al dueño, pero se encuentre conversando con algunos clientes.

Trago saliva. —Una cosa más... Lottie.

—Dígame, excelencia.

Y ahora entiendo porque son amigas.

—También omitamos esa palabra.

—Disculpe, excelencia.

Sonrio.

—Digo, conde.

—Mucho mejor. —Señalo el teléfono que lleva en la mano. —¿Me darías el número de Emma?







Emma:

La mancha aún no ha salido, supongo que tendré que irme así y buscar la manera de entregarle al conde su saco en otra ocasión.

Sujeto el saco del lavado y lo levanto, su aroma no tarda en subir por mis fosas nasales.

Su colonia es muy agradable.

—Huele a...

—A mí.

Abro los ojos, dirigiendo mi mirada a la puerta.

¿Por qué siempre me suceden estas cosas con el?

El conde sonríe. —Y también a mi colonia.

Ingresa al baño y yo sigo sorprendida. —¿Qué hace aquí? Es el baño de mujeres.

—Usare mi título para que no sea mal.

—Eso es abuso de poder, conde.

—Abuso de poder es lo que han hecho contigo.

Mis cejas se alzan.

—Lottie me dijo que te despidieron.

¿Lottie?

Suspiro y encojo los hombros. —Al menos quería despedirme de mi amiga así sea por mensaje de texto.

Bram se mantiene callado, sus ojos me observan con cautela, lo observo pasar saliva y apretar duro la mandíbula.

—Voy a solucionarlo.

Abro mucho los ojos.

—Conde, no es necesario que haga esto.

—Pero quiero hacerlo.

—¿Por qué?. —Niego confundida y ojala hubiera elegido otras palabras. Me arrepiento en el momento en el que lo digo. —No comprendo porque hacer esto por una simple chica...

—¿Simple? . —Me suelta con un tono decepcionado. —Creí que con el carácter que tienes te valorabas más.

Tiene razón y me siento fastidiada de mi misma.

—Me valoro lo suficiente. —Digo con las cejas juntas.

El sonríe. —Esa es la Emma que conozco.

Pero.—Sigo sin entenderlo...

—Aun no te ayudo a conseguir al hombre perfecto que te dará el anillo. —Pone los ojos en mi dedo vacío.

Y vuelve a mirarme más profundo. Esta vez los ojos.

—O tal vez..

Arqueo una ceja. —¿Tal vez qué?

—Tal vez solo me gustas, Emma Dempsey.

Un anillo para EmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora