Sus labios eran gruesos/carnosos, de un rosadito apetecible, ya me estaba adaptando a la oscuridad y era más fácil ver algunos de sus rasgos faciales, me besó nuevamente; pero un beso con succión y lengua de por medio, estaba eufórico, era un beso de esos que hacen que la habitación sea acobijada por el manto de la calentura,
— ¿No sientes que te estorban esos vaqueros?
— Sí y ¿tú?
— También, ¿Qué esperas? — me levanté de sus piernas y desabroche su pantalón, él alzó un poco su cuerpo para poder bajarlo su pantalón.
— ¿Son negros?
— Sí.
— Te lucen, — halague mientras bajaba mis vaqueros. — Aunque con esta oscuridad todo se ve del mismo color — soltó una corta carcajada.
— Ahora, ¿Entiendes que hacía?
— No te entiendo.
— Eres impresionante hasta en la oscuridad.
— Que pervertido.
— Ya entendiste.
— ¿Veías una foto mía?
— Sí, ahora que lo digo en voz alta suena mal.
— Muy mal — dije soltando una risita, deje los pantalones en el suelo y me hice de rodillas frente a él, medio alcanzaba a ver la erección que tenía, lleve mi mano a su entrepierna y lo cogí por encima de la tela — ¿Qué es esto señor no veo porno?
— Mi pene erecto — su voz estaba ronca, me encantaba — te haré sentir un verdadero pene — dijo haciéndome subir para volverme a sentar en sus piernas como antes.
— Mierda, esto se siente bien.
— Si te mueves un poco se sentirá mejor — dijo e hizo un movimiento circular con su cadera, blanquee los ojos, tenia razón.
— Vuelve a hacerlo — pedí y lo bese dos veces más, me hizo caso y movió nuevamente la cadera, pero está vez me apretó a él — Joder — murmuré con la respiración algo afectada, en serio sabe moverse.
— Puedes voltearte — pidió y lo hice; pero antes de sentarme en su regazo subió mis bragas.
— ¡LOGAN! — suspiré y volvió a besarme, con la mano izquierda me tomó de la cintura y la derecha la situó en mi monte de venus, puso el pulgar justo en mi clítoris y empezó a masajear por encima de la tela. Por mi parte una de mis manos la puse en su hombro y con la otra acariciaba su cuerpo, los movimientos de pelvis y cadera no cesaron cosa que disfrute.
— Puedes jalarme el cabello o ahorcarme, pero no muy duro - no tenía ni que decirlo dos veces, lo jale del cabello.
— Me gusta tu voz en estos momentos — lo bese nuevamente.
— Quiero hacerte venir sólo por nuestro roce.
— Lo estás logrando — aumente más la velocidad de nuestro vaivén; puso sus dos manos en mi cintura, agarrando fuerte, haciéndome sentir mejor su pene. Fue cuestión de segundos para sentir llegar el orgasmo, Logan puso la mirada en dónde nuestros genitales se tocaban y la subió rápidamente hasta mis labios, relamió los suyos y me besó.
— No estuvo mal Adams — le partiría la cara donde dijera que lo estuvo.
— Cuando lo dices con la voz ronca suena mejor.
— ¿Qué cosa?
— El Adams.
— Y a mí me gusta más que me digas Morgan si lo vas a suspirar — nota mental... Lista.
— Gracias por el dato.
— Recoge tus cosas, iremos arriba.
— No me mandes.
— En serio puedes llegar a ser una patada en culo, voy a llevarte cargada. Estoy siendo muy considerado hoy.
— No lo necesito — dije y me pare para recoger los vaqueros, hasta que sentí que mis piernas temblaban, los recogí rápido para que Logan no lo notará.
— Por qué eres tan necia — se paró del sofá, me quitó los vaqueros de las manos, los puso en su hombro izquierdo, y se agachó un poco, me cargaría en brazos y eso no me molestaba; así se me hacía más fácil robarle uno que otro beso de camino a mi habitación.
Cuando llegamos me dejó en la cama y luego encendió la luz, señor Jesucristo que cuerpo tiene, su cabello estaba todo desordenado y sus labios más gruesos y rosados de lo normal, no pude resistir la tentación de mirar debajo de su ombligo, a pesar del color de sus calzoncillos podía notar que había algo de humedad apartando la imagen de que su pene ya estaba menos erecto que antes. Si así estaba el no me imagino yo.
— Debo ir a cambiarme, deberías hacer lo mismo — no tome en cuenta su comentario, simplemente comenté lo que había estado pensando desde que encendió la luz.
— Tienes más pompis que yo — sonrió y salió de la habitación, no había sentido incomodidad por mi humedad hasta ahora, fui a mi armario en busca de unas bragas y pijama para ponerme, entre en el baño y me cambie la ropa. Al salir de este Logan estaba en la puerta de la habitación con un Pant de cuadros y sin camisa.
— Que vista — decimos al unísono.
— Di otra cosa — digo dirigiéndome a mi cama, él suelta una pequeña risa.
— Vengo a desearte buenas noches.
— Podemos dormir juntos, solo por hoy.
— No creo que sea conveniente.
— Ven aquí — extendí los brazos para que aceptara mi invitación y le hice un lindo puchero.
— Está bien — dijo ya rendido, camino hacia el otro lado de la cama, hizo a un lado las sábanas y se acostó, hice lo mismo después de apagar la luz. En un tierno gesto Logan me arropó, nos acercamos más y terminamos con una posición de cucharita.
— Que tengas buenas noches, descansa — al terminar dio un beso en mi hombro.
— Tú igual.
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Mi mejor tormento ©
Teen FictionMia Adams es una chica de 17 años que cruza su último año en el instituto, su vida pasa a estar fuera de la rutina cuando por negocios sus padres se van de viaje y la dejan con el poco interesante de Logan Morgan. Logan Morgan es el hijo de los mej...