Capítulo 49

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Estaba acurrucada en su pecho, estaba a punto de dormirme, sus manos me rodeaban dándome un caluroso abrazo que no hacía sino invitar e incitar a dormir ahí

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Estaba acurrucada en su pecho, estaba a punto de dormirme, sus manos me rodeaban dándome un caluroso abrazo que no hacía sino invitar e incitar a dormir ahí.

— ¿Tú no te vas a vestir?

— Lo había olvidado; pero no tardó mucho, estoy cómoda aquí contigo.

— No quiero que te vayas.

— Sí, yo tampoco quiero irme a vestir.

— No hablo de este momento; sí y no. Me refería a irte con tus padres, aunque no lo imagines, me harás falta.

— ¿Y ahora quien es el tierno? — pregunté recordando sus palabras.

» Tú también me harás falta sabes.

— Si necesitas algo, sin importar la hora, te ayudaré.

— Aprecio todo lo que has hecho por mí — levanté un poco mi cabeza y le di un besito en la mejilla.

— Te quiero.

— Te quiero Morgan — y en un instante ya tenía sus labios unidos a los míos, estaba siendo dulce, no era como los besos que normalmente nos damos. Este era más lento, más profundo... Más tierno.

— No quería interrumpir. Mia, ya está todo listo — Mark estaba en la puerta.

— Bien, ya bajo.

— Cuando estés en la sala de estar gritas porque parte de la sorpresa es que lleves los ojos vendados.

— Yo te aviso, debo ir a arreglarme — avisé a ambos, Logan soltó sus manos de mi alrededor, me levanté y le di un beso en la frente. Salí de ahí a mi habitación.

Mark bajó las escaleras y supongo que fue al patio. Desenredé mi cabello y le hice unas ondas, me vestí con un vaquero y una blusa corta de la ropa que habían mandado mis padres por mi cumpleaños. Tome unos tenis y me los puse. Me apliqué máscara de pestaña y un poco de brillo labial.

Fui a buscar a Logan para que bajara conmigo. Bajamos las escaleras y llamé a Mark quien me venda los ojos; le entregué mi móvil a Logan.

Casi me caigo dos veces porque me enrede con mis pies, ya estábamos llegando y escuché una sorpresa al mismo tiempo que me quitaban la venda. Ela ya había llegado, estaba al lado de Jean.

Todo estaba muy bonito, había globos, en el suelo había una manta y encima de éste había comida, dulces. En otro espacio del patio había una mesa con una torta algo peculiar, en la misma mesa, al lado de la torta había una fuente de chocolate y en una bandeja había fresas, malvaviscos, trozos de manzana y más. Todo estaba muy lindo, la piscina tenía unas bombas que flotaban.

— Esto es más de lo que pensé, muchas gracias — le di un abrazo a Jean y luego a Mark como agradecimiento. Salude a Ela que llevaba un vestido que lucía demasiado.

— Dylan no tarda en llegar, él viene con Carla — informó Mark.

— Bien.

Logan se había quedado en la puerta que quedaba entre el patio y la casa, fui por él para que terminara de entrar, saludo a Ela con un beso en la mejilla y se quedó hablando con ella. Yo fui a la mesa y cogí mucha fruta para comer con chocolate, esto era el paraíso. Cogí un trozo de manzana y lo puse en la fuente por un momento para que el chocolate cayera sobre esta, puse mi mano para no regarme.

— Abre la boca — pedí a Logan y él lo hizo, puse el trozo de manzana con chocolate en su boca y él se lo comió — ¿Sabe bien?

— Delicioso — Dio una sonrisa de boca cerrada y luego llevo su pulgar a mi boca, apretó suave y despegó el dedo — tenías chocolate ahí, deberías limpiarte después de comer, no vaya a ser que quedes con restos por la cara — me quedé impactada, menos mal nadie nos estaba viendo más que Ela.

— Ay, que pervertida eres Mia — hablo Ela, ella entendió mi cara a la perfección.

— ¿Quieres comer algo El?

— Estoy bien — respondió, fui por más fruta con chocolate para Mark y Jean, ellos la recibieron y siguieron hablando hasta que sonó el timbre.

— Yo iré, lo más probable es que sean Dylan y Carla — Jean se fue a abrir la puerta.

— ¿Por qué no se sientan?, esto es un picnic no un transporte público — hablé sentándome en uno de los cojines — Ela, siéntate junto a mí — dije tendiendo un cojín y ella se sentó cuidadosamente para que no se viera nada en lo que se sentaba — ¿ustedes se unen? — señalé a Mark y a Logan, quienes Después se sentaron.

— Hola — escuche decir a alguien, mire la puerta de entrada y ahí estaba Dylan.

Mi mejor tormento ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora