Mia Adams es una chica de 17 años que cruza su último año en el instituto, su vida pasa a estar fuera de la rutina cuando por negocios sus padres se van de viaje y la dejan con el poco interesante de Logan Morgan.
Logan Morgan es el hijo de los mej...
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Ya habían pasado unos días, debía regresar a casa otra vez, me encontraba organizando mi ropa nuevamente en la maleta. Extrañaría a mis nuevos amigos, me gustaba la idea de que en estos días había conocido maravillosas personas.
El tema de mi noviazgo con Logan ya estaba solucionado con sus padres y debido a que él tendría que seguir viviendo en casa conmigo mi madre viajaría para que no tengamos la casa sola, ya saben, no creo que de eso vayan a salir cosas buenas ya que Logan y yo estamos acostumbrados a hacer cierto tipo de actividades que no serán de agrado para mi madre, solo espero que no se ponga muy intensa. Logan aún no lo sabe y creo que se lo tomara por sorpresa, ah, y tampoco sabe de mi "cambio de imagen".
Ya hay una fecha más aproximada para el regreso de sus padres y mi padre a nuestra ciudad, en unos dos o tres meses ya estarán nuevamente con nosotros, un motivador para mi padre debe ser que ya no tiene a parte de su hogar consigo y hará más rápido su trabajo para estar lo más pronto posible con nosotras.
France debe quedarse más tiempo aquí con la pequeña Bel y su madre, pero juramos no romper contacto y cuando estuviera de vuelta quedamos un día para salir por ahí, sin duda una de las mejores cosas de haber viajado.
— ¿Sabes más o menos a qué horas llegas? y ¿Me dices si quieres que te recoja en el aeropuerto? o ¿No hace falta? —. Fue lo primero que Logan preguntó al descolgar la llamada.
— Gracias, pero no hace falta que me recojas, llegó en la tarde-noche — estaba más preocupado por mi regreso que yo.
— Bien, te espero en casa entonces. Yo también estoy organizando mis cosas para ir a tu casa y acomodarme nuevamente.
— Aún no entiendo porque te fuiste si te podías quedar en casa, sabes que no había problema.
— No quería quedarme solo y menos en tu casa, me sentía raro.
— Debo terminar de organizar lo más pronto posible, te hablo luego si puedo; si no, nos vemos más tarde.
— Cuídate.
— Besos — termine la llamada y seguí doblando y empacando la ropa, en un par de minutos ya había terminado, mientras mi madre terminaba de empacar decidí ir a despedirme por última vez de France.
Para mí suerte si estaba y la pequeña también.
— Gracias por absolutamente todo, creo que te extrañaré — susurré mientras nos dábamos un abrazo.
— A pesar de todo, creo que también me hará falta lo gran grano en el culo que puedes ser.
— Ofendida — reí mientras secaba mis ojos.
— Todo es con amor, te haces querer muy fácil y rápido.
