Allí, en las mismas escalas dónde la encontré leí su carta de despedida. Todo tomó sentido cuando la leí.
Nunca pensé que tras su sonrisa había guardado tantas cosas, y yo que pensaba que la mayor parte de lo que pasaba nos lo contábamos. No la culparé por nada, solo me hubiera gustado saber eso antes, quizás de alguna forma pude ayudarla.
Después de todo, lo único que conocía de ella fue como un setenta por ciento, el resto era de asuntos familiares, cosas de su pasado y una relación secreta que a pesar de distraerla de esos problemas, no pudo hacer más por ella.
Llame como loca a su número después de leer cinco renglones de uno de los siete párrafos que había en esa carta, no hubo ni una respuesta, solamente su correo de voz. Intenté con su madre y lo mismo sucedía.
No sabía dónde estaba, no tenía un lugar al cual ir a buscarla más que su casa, mi madre me llevo allá y no había ningún rastro de ella, no estaba su auto y en casa no había nadie.
— Avisaré a la policía, quizás puedan ayudar — hablo mi madre — Intenta nuevamente con el número de su madre — o su tía querrá decir, no fui capaz de estipular alguna palabra, tenía un gran nudo en la garganta, nunca pensé en que podría vivir algo así. Cuando iba por unos cuantos renglones de la carta mi madre salió, no pude leerla completa.
— Trata de tranquilizarte, la encontraremos — no podía hacer algo de esta manera, me sentía insuficiente, quería que en cualquier momento alguien dijera que era una pesadilla o una simple broma de mal gusto.
Mi madre habló con un agente de policía, al no tener suficientes datos no podía hacer mucho. Estuvimos más de tres horas en la comisaría, con el corazón hecho trizas, esperando una noticia y con impotencia de no poder hacer mucho, pronto llegó la noticia que me derrumbaría por completo.
— No hemos podido contactar a la madre, necesitaremos que alguna de ustedes reconozca el cuerpo, es una joven que fue encontrada en una vía con el coche aparcado —. «Ella está bien, ella no es, sé que no, no puede ser» — No tenemos más detalles por el momento, en breve llevarán el cuerpo a medicina legal, podemos llevarlas allí, para que realicen todo lo que es documentación.
— ¿Están seguras de que no tiene más familia a dónde ir?
Como pude hablé — No, sus padres están muertos. — sé que sonó crudo, pero no tenía qué más decir.
— Bien, intentaremos comunicarnos nuevamente con su familiar.
— Gracias, agente — respondió mi madre.
Su madre, Martha contestó el móvil, nos veríamos con ella en medicina legal. Martha y yo entramos al cuarto, por protocolos de bioseguridad debíamos usar cubrebocas, guantes y otras cosas más, hacía frío allí dentro.
El cuerpo estaba cubierto de pies a cabeza; tome la iniciativa, tome la esquina de la tela y descubrí su rostro. Entre en estado de negación, aunque muy dentro de mí sabía que era ella, tenía una perforación en su cráneo, en la mitad de sus cejas, era un hueco oscuro con algo de sangre a su alrededor. ¿De dónde había sacado un arma?
— Mi pequeña — hablo Martha tocándole el rostro, yo no pude evitar pasar mi mano por su frente, en ese hoyo en su cabeza, hice una suave presión y salió algo de sangre.
El señor que había allí nos hizo salir luego de preguntar si era el cuerpo de la persona que buscábamos, tenía las mejillas empapadas, cuando salimos y volvimos al lugar donde estaba mi madre, allí la acompañaba Logan, corrí a sus brazos.
— Lo siento mucho — acaricio mi cabello y espalda en lo que me envolvía en un abrazo.
— Ella no — fue lo único que solté.
— Tú eres fuerte, no voy a decirte que por eso no debes llorar. Si con eso te sientes liberada hazlo, si quieres gritar, gritaré contigo, solo quiero que sepas que estaré contigo por qué sé que la estás pasando mal y no pienso en dejarte sola justo en este momento. Mia, ahora iremos a casa, para que descanses un poco, ¿Quieres que vaya contigo? ¿Quieres que me quedé en tu casa?
— No... No me ayudas con nada, de-de-biste verla, ella-ella no pudo haber hecho eso. No-no lo entien-do-do, yo si-sim-plemente no-no lo sé.
— Tranquilízate un poco, respira, voy a escucharte; pero ahora estás muy agitada.
— Me hará de-demasiada falta, so-solo si-si yo hubiera esta-ta-tado con ella, quizás no hubiera pa-sa-sado. Pude hacer má-más — cada vez más lágrimas salían y más pesada se ponía mi respiración, me estaba ahogando un poco, en mi cabeza no paraban de maquinar mil y mil cosas.
— Es seguro que el cuerpo lo entreguen mañana, ven con nosotras, así no estarás sola en casa — ofreció mi madre a Martha, quien estaba en shock al igual que yo.
— Debo hablar en el trabajo — fue lo único que pudo decir.
— Yo te ayudaré con eso.
— ¿Logan, tú vienes? — preguntó mi madre y este se quedó en silencio, lo miré y asentí con la cabeza.
En el auto todo eran suspiros y silencio, mi madre iba al frente con Martha de copiloto, yo iba en la parte de atrás con Logan, tenía mi cabeza recostada en su hombro, trataba de respirar por lo agitada que me puse.
— ¿Los planes con tus padres? — pregunté tratando de esquivar todos los pensamientos confusos.
— Eso no importa ahora.
En casa nos esperaba mi padre quien al llegar me abrigo en un abrazo, eso me hizo romper más en llanto. La madre de Ela dormiría en la habitación que fue de Logan mientras estuvo aquí.
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Mi mejor tormento ©
Teen FictionMia Adams es una chica de 17 años que cruza su último año en el instituto, su vida pasa a estar fuera de la rutina cuando por negocios sus padres se van de viaje y la dejan con el poco interesante de Logan Morgan. Logan Morgan es el hijo de los mej...