Capítulo 63/2

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Encontré un parque de niños, me senté en una de las bancas y llamé a Logan

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Encontré un parque de niños, me senté en una de las bancas y llamé a Logan.

— Hola — contesta a los dos tonos.

— Ya lo saben — solté sin más.

— ¿Y bien?

— No lo sé, lo dije en el peor momento, estaba furiosa.

— ¿Estás bien?

— Supongo.

— ¿Qué pasó?

— Tú padre creía que tenías algo con Noah, me dijo que no sabía nada de ti solo por compartir unos meses contigo. Lo solté sin más y me fui del lugar donde estábamos, en estos momentos estoy en un parque que desconozco.

— Ya hablaré con él, no quiero que te sientas mal por eso ¿En qué puedo ayudarte?

— No estoy mal, solo siento enojo. Intentaré contactar a alguien que me lleve de nuevo al edificio.

— Escúchame, hablaré con ellos, no te preocupes.

— No estoy preocupada por eso, no estoy interesada en lo que piensen, no después de lo que pasó.

— Mia.

— ¿Qué?

— No te desquites conmigo, solo intento ayudarte.

— Lo lamento.

— Nena, desearía estar contigo.

— Me vas a hacer llorar.

— Llama a ese chico French, pídele el favor.

— Se llama France.

— Como sea, necesito saber que estás segura y en un lugar que conoces, si no quieres hablar con padres ahora, llámalo a él.

— ¿No crees que lo pensé?, no tengo su número.

— La nota que te hizo la pequeña, ahí hay un número.

— No la tengo conmigo.

— Yo tengo una imagen.

— ¿Cómo?

— Ya te dictó el número, escríbelo en el móvil — no tardó mucho en dictarlo.

— Gracias.

— Trata de calmarte, me hablas cuando estés con él, sé que te ayudará.

Ok, gracias — finalice y procedí a llamar al número que este me brindó. Sonó mucho tiempo hasta que contestaron.

— Buenos días.

— ¿Hablo con France?

— ¿Mia?

— Sí, necesito que me ayudes.

— ¿Qué te pasó?

— Puedes recogerme, estoy perdida.

— Describirme el lugar, ¿hay una dirección cerca?

— Es un parque infantil — busque una señal con algún nombre o algo y lo vi, le di el nombre del parque.

— Bueno, ya voy por ti.

— Te debo una.

— Se van juntando.

— Trae comida — digo antes de colgar la llamada, no tardó mucho en llegar ya que el edificio no quedaba muy lejos de dicho parque.

En el camino paró en un autoservicio y pidió algo de comer.

— ¿Qué hacías sola en ese parque? — preguntó mientras sacaba una dona de la bolsa.

— Solo llegué caminando, estaba en una cafetería cerca.

— ¿Qué pasó?

— Ya lo saben, pero no se dieron cuenta de la mejor manera.

— Entiendo.

— ¿Y la pequeña Bel?

— La dejé en el edificio con una cuidadora.

— ¿Y tu madre?

— Supongo que trabajando, no la vi en la mañana — respondió antes de beber de su malteada.

— ¿Qué hace ella?

— Es abogada.

— Puedes creer que en los dieciocho años de vida que tengo nunca he sabido en qué trabajan mis padres, que son exactamente.

— Tampoco lo sé, lo que hacen nuestros padres no son cosas que se digan a los cuatro vientos.

— ¿Es ilegal?

— Se ve así; pero no lo es o eso tengo entendido.

— ¿Qué harás hoy?

— Debo ayudar con algo a un compañero de mi madre, después estoy libre... ni tanto, debo cuidar de Margaret.

— ¿Puedo ir contigo después?, no tengo muchas cosas que hacer hoy, creo que mis padres deben encargarse de un asunto y lo último que quiero es que me cuestionen cosas.

— No hay problema, solo dime algo.

— ¿Qué cosa?

— ¿Estás discutiendo con ellos?, no quiero meterme en un problema.

— No te vas a meter en nada, no estamos discutiendo solo quiero pasar el rato con alguien agradable.

— Bien.

— ¿Lo que quieres saber es como se los dije?

— Sí, lo siento.

— El padre de Logan pensó que era homosexual y le dije que no era así, dijo que no sabía nada solo por vivir con él y lo solté, salí de la cafetería y así fue como llegué a ese parque.

— Cuentas con suerte de no haberte perdido.

— Eso creo, ¿podemos ir al edificio?

— No quieres que te cuestionen; pero aún así quieres ir al edificio.

— Lo sé, dudo que estén.

— Bien, deja termino de comer y nos vamos.

Mi mejor tormento ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora