Subí a mi habitación para ir por el libro, llevaba en mi mano un botecito con chocolate para Logan.
Entre a mi habitación para ver qué libro llevar, me decidí por uno de romance no muy empalagoso. Era un buen libro y adecuado para leer con Logan.
Ya con todo en mis manos, salí de mi habitación para ir a la de Logan, la puerta estaba cerrada; como pude golpee con mis manos la puerta.
Logan
Mientras esperaba que Mia llegará, cambie mi ropa, me quite los zapatos y justo cuando estaba por ponerme la camiseta se escucharon unos toques algo débiles en la puerta.
Al abrir la puerta Mia tropezó y parte del chocolate que llevaba en su mano derecha, impactó contra mi abdomen. Ahí estaba ella con un libro en su mano izquierda y algo de chocolate en un botecito en su mano contraria.
— Lo siento.
— No hay problema — tampoco era mucho chocolate, solo un poco y era algo fácil de solucionar.
— Iré por algo para que te limpies.
— Está bien — tomé el botecito y el libro para que ella pudiera ir libre por lo que sea que traería para limpiarme.
Puse las cosas en la mesita al lado de mi cama, tomé con mi dedo algo del chocolate que había en mi abdomen y lo lleve a mi boca, no me pareció antihigiénico en ese momento hasta que llegó Mia y me miró como "qué mierda".
— ¿Qué haces?
— Comer chocolate, ¿Quieres? — ofrecí en broma.
— No, ¿alguna vez de pequeño comiste mocos?
— ¿A qué viene la pregunta?
— Responde.
— Supongo que sí.
— Pues te veías como cuando un niño come mocos al escondido. Tipo curioso y con miedo de ser descubierto.
— ¿Hacer esto es antihigiénico? — pregunté volviéndolo a hacer.
— No lo sé, es comida. Solo se ve raro — se acercó más y me entregó dos pañitos húmedos.
Tome uno y limpie mi abdomen con él, tomé el segundo y termine de limpiar bien para no quedar pegajoso o algo así.
— Esto si se ve raro — comenté mientras veía los pañitos, parecía popó de bebé.
— Se ve desagradable, y saber que es delicioso chocolate.
— ¿Puedes cerrar la puerta?
— Sabes que estamos solos — habló mientras cerraba la puerta — nadie puede venir e interrumpir en la habitación.
— Lo sé, soy algo raro — comenté en lo que me ponía la camiseta de hace un rato.
— Siéntate allí — Señaló un lugar en específico de la cama y le hice caso, me levanté y me senté en el lugar que ella indicó, ella tomó el libro y se sentó frente a mí, abrió mis piernas y se sentó en la mitad de ellas, sobre el colchón, recostando su espalda en mi pecho. Una posición algo cómoda para leer.
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Mi mejor tormento ©
Ficção AdolescenteMia Adams es una chica de 17 años que cruza su último año en el instituto, su vida pasa a estar fuera de la rutina cuando por negocios sus padres se van de viaje y la dejan con el poco interesante de Logan Morgan. Logan Morgan es el hijo de los mej...