Capítulo 71

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Las voces fuera del cuarto me despertaron, eran los padres de Logan

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Las voces fuera del cuarto me despertaron, eran los padres de Logan.

— Oye — lo mecí para que despertara — Logan — susurré, pero aún no reaccionaba. Pellizque su brazo dos veces hasta que reacciono.

— ¿Qué pasa? — pregunto con los ojos entrecerrados y con el ceño fruncido.

— Creo que tus padres entrarán, pienso que deberías ponerte algo para taparte y de paso, me pasas si bragas.

— Nada que no hayan visto.

— Podrías darme espacio yo bajo y las tomo, por lo menos recojo la ropa y ya está — trate de no perder la paciencia.

— Ten — paso mis bragas, se sentó en la cama y se puso uno de sus pantalones cortos, pateó la ropa por debajo de la cama — No saben que estás aquí.

— Yo se lo he dicho a mis padres.

— Yo no lo hice, saben que viniste, sin embargo, no saben que era a quedarte.

— No considero esconderme en el armario ni nada parecido, no hemos hecho nada.

— No te he pedido que te escondas, solo me pasaré al sofá y ya está. No quieres una "charla" a estas horas del día

— Yo me acostaré en el sofá, es tu cumpleaños y lo último que quiero es incomodarte.

— No, ya he dicho que te quedas tú aquí y yo en sofá, después de esto no volveré a dormir y no creo que ese sofá algo viejo sea cómodo para ti.

— ¿Y si tus padres tenían planes para ti?, Los habré estropeado.

— Trata de hacerte la dormida, ahora hablamos — pasó una almohada y una cobija al angosto mueble. En el proceso se me hizo inevitable no ver el bulto entre sus piernas, con cada movimiento este se movía un poco.

— Mi rostro está aquí, pervertida.

— Me confundí de cabeza — solté una risa maliciosa, me voltee dándole la espalda. No pasó mucho tiempo en el que sus padres entraron a la habitación y cantaron la canción de cumpleaños, trate de hacerme la dormida mucho tiempo.

— Feliz cumpleaños Logy Wogy.

— Gracias mamá — me imaginé su sonrojo por el lindo apodo que le tenía su madre, casi suelto una carcajada al oírlo.

— En la noche iremos a cenar, es aviso, para que no saques planes, puedes invitar a Mia, si eso es lo que quieres.

— De acuerdo.

— ¿Vas a seguir durmiendo?

— Eso creo.

— Entonces llevaré esto abajo, iremos de compras al súper. Si te levantas y tienes hambre, aquí hay algunas cosas que puedes desayunar o simplemente te preparas algo.

— Qué les vaya bien — se despidió, salieron de la habitación, lo supe por el sonido de la puerta al cerrarse.

— ¿Quién va a un supermercado a las siete treinta de la mañana?, A esa hora apenas los abren.

— Tenemos más tiempo para estar juntos, ¿Quieres ir en la noche con nosotros?

— Gracias por la invitación, pero no creo que la tome. Debo hacer algunas cosas.

— Iré a ducharme, quizás eso me despierte un poco más. ¿Te quedarás en cama?

— Si, el agua debe estar helada.

— Podemos ducharnos con agua climatizada si lo prefieres.

— Vaya propuesta.

— ¿Vienes?

— Por supuesto, no me lo perdería, dame cinco — entro al baño y yo terminé de despertarme.

...

El día había ido según lo planeado, compartí gran parte del día con Logan, estaba feliz por su cumpleaños.

Al llegar a casa el auto de Ela estaba aparcado, ella estaba sentada en una de las escalas secando algunas lágrimas, mentiría si dijera que no me dolió un poco verla así. Baje del auto junto a mi madre.

— ¿Estás bien? — preguntamos al tiempo, ella solo asintió con una pequeña sonrisa.

— Hola, señora Adams — saludo a mi madre dándole un gran abrazo, paso a hacer lo mismo conmigo.

— Cariño, ¿hace mucho estás aquí? ¿Te sientes bien? ¿Podemos ayudarte?

— Sí, gracias por la preocupación.

— Las dejaré solas, si quieres entrar, sabes que eres bienvenida siempre.

— Es muy amable — respondió, mi madre abrió la puerta y entró en la casa dejándonos algo de espacio para hablar.

— ¿Ha pasado algo?

— No tienes de que preocuparte, nada más venía a entregarte algo.

— No te ves bien, sabes que puedes confiar en mí y... — ella cortó mis palabras y únicamente entregó un sobre de papel.

— Las respuestas están ahí, mil gracias por todo. No es culpa de nadie y era algo decidido que no me había atrevido hacer aún. Te amo como una hermana — me dio un fuerte abrazo y se fue sin más, no me dio tiempo de ir tras ella, simplemente se fue en su carro dejándome ahí con unas cuantas lágrimas y el sobre en la mano.

Mi mejor tormento ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora