Capítulo 22

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Logan

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Logan

Ya había pasado como treinta minutos desde que se había ido Mia, mi mejilla ardía y picaba, ya no estaba roja; pero aun así me dolía. De todas las cosas nunca imaginé que ella me daría una cachetada, ahora pienso que menos mal fue un golpe en la cara y no una patada en la entrepierna, se cumpliría lo de no poder tener hijos ni en un futuro cercano, ni en uno lejano.

Tengo la necesidad de defenderme y decir que de verdad es muy tonta, en estos momentos puede que me odie, pero después me agradecerá haber llegado a tiempo antes de que se le hubiera ocurrido hacer algo indecente con ese bastardo. No fue nada agradable para mí ver cómo se besaban, el agarre en su cadera, en pocas palabras la estaba follando con ropa. Estuve aproximadamente un minuto viéndolos mientras trataba de reaccionar, había perdido mi voz por unos pequeños segundos y, sin embargo, cuando le grite y le dije esas cosas, no podía dejar de sentir un nudo en mi garganta.

Mi día feliz se fue a la mierda. Había ido al supermercado por las cosas para hacer algo de comer, ya ni ganas de comer tenía. Revisé mi móvil y tenía unos mensajes de Noah y una chica que había conocido cuando salgo a trotar, respondí los mensajes de Noah y luego fui al chat con la chica, no tardó mucho en responder. No sé en qué momento empezó a mandar mensajes subidos de tono, le seguía el juego hasta que pregunto algo tipo —¿Tu casa o la mía? — la pregunta no era nada discreta, en cambio, era directa, quería sexo y probablemente se lo daría. Pregunté su dirección y busque el condón en mi cartera, me fijé en su fecha de vencimiento y todo estaba bien, salí con el auto en dirección a su casa, su nombre no importaba, solo quería despejarme y no estar tan tenso, nada mejor que el sexo para dejar de estarlo.

Esta chica sí que era muy directa, cuando estuve en la puerta de su casa la abrió y me entró de un tirón cerrando detrás de mí la puerta.

— Hola, guapo — no me dejó ni responder, ya tenía sus labios en los míos, sentía sus manos en todas las partes de mi cuerpo y lo único que yo podía hacer era poner las mías en su cadera y apretarla un poco más a mí.

— ¿Podrías cumplir mi fantasía? — dijo separando sus labios de los míos, asentí con la cabeza.

» Vamos.

Pronto empecé a entender cuál era dicha fantasía, estábamos en la cocina, ella se sentó en el mesón y tiró de mí para continuar besándonos. Casi no articulé palabras con ella, baje sus shorts deportivos junto a sus bragas.

— Mierda, estás tan mojada — se estremeció ante mis palabras y abrió más las piernas — dime lo que quieres y te lo daré.

— Karl no sabes todo lo que quiero que me hagas — ya se puso raro esto, me separó un poco y ella notó mi desconcierto, tampoco es que me sepa su nombre, pero está claro que ansía algo con un tal Karl.

» Lo siento... Yo

— No te preocupes, creo que esto ya es algo ¿incómodo?

— Deberías irte — dijo mientras reacomodaba su ropa. 

— Está bien, ¿Adiós? — digo algo inseguro, que mierda acaba de pasar. Salgo de la casa casi corriendo, ahora necesitaré otro plan distractor. Noah es la solución, supuse que estaba en su casa así que allá fui.

Después de tocar el timbre abrió la Nana de Noah quien me dejó pasar como si fuera mi casa, ella me indica que Noah está en su habitación y allí es a donde me dirijo.

— Súbete el pantalón y pon tus manos a la vista — le indico antes de entrar a su habitación.

— Muy gracioso, ¿Qué haces aquí?

— Vine a asegurarme de que no pases tu tarde pajeándote, agradécelo, eso incluso podría traerte problemas en un futuro.

— En realidad no iba a hacer eso toda la tarde, tenía pensado otra clase de cosas como por ejemplo hacer mi tarea.

— ¿Dices que harás mi tarea? — digo molestando, nada me hace mas gracias que cuando lo molestó.

— No haré tu tarea, haré mi tarea. ¿Me toca de psicólogo hoy?

— Joder, como que no harás mi tarea tio — intento copiarlo y él ríe ante mi copia mal hecha de su acento.

» Y no harás de psicólogo, vine a que me ayudes con los deberes escolares.

— ¿Deberes escolares?, Qué mierda es eso señor refinado.

— Pues que me des copia de por lo menos las materias que compartimos hoy, gracias bebé.

— Sabes que te conozco lo suficientemente bien como para saber que siempre que me hablas así es porque algo no anda bien.

» Puedes decirme que te pasa, que no soy un puto idiota como para no darme cuenta de que algo no anda bien contigo, te juro no juzgarte ¿vale?

— No es nada importante, puedo vivir con eso bebé — digo divertido para después guiñar el ojo.

— No te presionaré.

Mi mejor tormento ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora