Epílogo 2

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— Vamos, saldremos a beber algo — insistió France

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— Vamos, saldremos a beber algo — insistió France.

— Qué no puedo, estoy en finales.

— Necesitas unas copas, Bel irá — sabía cómo chantajearme, la no tan pequeña Belmonte, estaba de vacaciones con nosotros.

— Prefiero el café, nunca cae mal — respondí mientras escribía en mi computadora.

— Bien, ¿Entonces si vienes? — dejé de hacer mi trabajo y me quite las gafas para verlo.

— Pero no mucho tiempo, tengo que continuar, si no envío ese trabajo no podré graduarme y sabes todo lo que he hecho para poder hacerlo — su felicidad fue inmediata.

— Bien, de pronto y te ayudo. No piensas ir ¿Así? — señaló mi camisa ancha y mis pantalones de yoga.

— Bien, dame espacio y me cambió la ropa.

— Alistare el coche mientras y le diré a Bel que saldremos los tres.

Cambié mi ropa por una limpia para salir, me puse mis tenis y traté de recoger mi pelo en una coleta. Baje las escaleras y en la puerta principal ya estaba Bel preparada para cerrar la puerta con seguro.

De camino al café solo se escuchó la música que France puso, lo noté un poco nervioso y Bel que era tan parlanchina no soltó una palabra, nos bajamos del auto y entramos a una de las mejores cafeterías de la ciudad, de tan solo entrar el café impregna las fosas nasales, nos hicimos en la barra hasta que un joven llegó a pedir nuestra orden.

— Una malteada de chocolate, por favor — pidió con una sonrisa la adolescente de dieciséis.

— Dos Cafés con piquete — pidió Francés por los dos.

— Pero eso tiene alcohol — no estaba molesta, solo tenía un trabajo por hacer.

— Yo te dije copas y tú has dicho café, hicimos una combinación — sonrió.

— Mia, ¿mañana podemos ir de compras? — preguntó Bel.

— ¿Podría decirte mañana?, debo terminar de hacer un trabajo y no sé si de aquí a mañana ya lo tenga hecho. Tengo una falta de inspiración.

— No te preocupes, yo entiendo. Los veo a ustedes y pienso en no entrar tan rápido a la universidad, me tomaré un año para descansar de estudios.

— Eso está bien — hablo France. Ellos dos eran lo más cercano a amigos que tenía aquí, con el paso de los años Bel se enteró de mi situación, hizo algunas preguntas e incluso a veces no entendió lo que quería decir.

— Ayer tomé la carta nuevamente y pude leer otro párrafo y no sé si mi bloqueo repentino se deba a eso.

— Ya te he dicho que puedes ir despacio, hace más o menos cuatro años leíste otro, es parte del proceso. Quizás este sea largo, pero si eso te hace sentir bien, pues está bien.

Mi mejor tormento ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora