— Ten un buen viaje, me avisas cuando llegues.
— Gracias, ya debo irme — aviso para que me suelte — espero que te comportes y no quiero recibir quejas de ti — digo en burla.
— Te extrañaré — le doy un beso en los labios y luego me separo de él.
— Yo también, adiós — digo volteando y siguiendo mi camino.
— Adiós, Adams — le doy un último vistazo para seguir con mi camino.
El viaje fue algo difícil cuando la niña que estaba a mi lado empezó a llorar y hacer berrinche por qué su ¿padre?, no le daba permiso para ver algo en la pantallita del frente.
— Bien, tú ganas — dijo rindiéndose y colocando algo para ver, era una película entretenida porque terminé viendo eso con la pequeña.
— ¿Cómo te llamas? — pregunté a la pequeña, quien volteó a ver a su acompañante y este le dio el permiso para que lo dijera.
— Margaret Antonia Belmonte — dijo tendiéndome su pequeña manita — ¿y tú?
— Soy Mia Adams — respondí tomando su pequeña mano.
— Me gusta tu nombre, es bonito y no parece de abuelita como el mío — su comentario me hizo dar risa, era muy tierna.
— Pues gracias, tu nombre no está mal, a mí me gusta.
— No trates de ser cortés con la anciana, igual y se parece a una — comentó el ¿señor?
— No me insultes, le diré a mamá que me estás molestando otra vez.
— Pues eso será cuando lleguemos porque aquí no está.
— ¿Ustedes son? — pregunté confundida.
— Hermanos — dijo la pequeña.
— Me presento — tendió su mano — France Belmonte.
— Mia — digo y apretó su mano.
— Tenemos nombres peculiares — dice y yo suelto una pequeña risa — ¿Tienes hermanos?
— No, digamos que fui un milagro.
— Ya veo.
— ¿Y tú tienes más hermanos?
— Afortunadamente no, solo tengo a la viejita.
— Es muy tierna.
— Créeme, tiene su temperamento.
— ¿Tienes novio? — preguntó la pequeña.
— Sí — se sentía algo raro decirlo, nunca estuve en una relación.
— Está comprometida así que deja de molestarla — dijo a su hermano y se cruzó de brazos — ¿puedo seguir viendo mi película?
— Le estoy haciendo preguntas porque ve tú a saber si no es una asesina de amigos imaginarios — le respondió a la niña y está me miró aterrada.
— Oh, no, créeme que no mató amigos imaginarios ni personas reales, viajó en son de paz.
— Más te vale — dice la niña antes de voltearse haciéndome el gesto de té veo con las manos.
— ¿A qué se debe tu viaje?
— Ahora soy yo la que quiere saber si no eres traficante de órganos o algo así.
— Por los amigos imaginarios de mi hermana, te juro que no soy uno.
— No sé si pueda confiar.
— No hay problema.
— ¿Cuántos años tienes? — cuestionó una vez más la pequeña.
— Tengo dieciocho ¿y tú?
— Siete y medio.
— ¿Y cuántos años tienes tú France?
— Próximamente cumpliré veinte.
— Interesante — digo y continúo viendo la película que se presenta en la pantalla de la niña.
No sé en qué momento me quedé dormida, cuando desperté era porque una de las azafatas me llamaba ya que habíamos aterrizado, me encontré con una nota pegada en la pantallita, esta escrita por la pequeña de hace un rato.
" Me caíste bien, espero verte otra vez"
Atte: Anto. Bel ♡. — Decía la nota.
Tome la nota y la guarde en mi bolsillo, para bajarme del avión e ir por mis maletas.
Era de esperarse que mis padres no irían por mí al aeropuerto, en su lugar había un chófer con un cartel que decía "bienvenida Míah Adams", mi nombre estaba mal escrito; pero lo deje pasar.
El chofer subió las maletas al carro para luego llevarme al lugar donde estaban mis padres.
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Mi mejor tormento ©
Teen FictionMia Adams es una chica de 17 años que cruza su último año en el instituto, su vida pasa a estar fuera de la rutina cuando por negocios sus padres se van de viaje y la dejan con el poco interesante de Logan Morgan. Logan Morgan es el hijo de los mej...