Capítulo 70

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Ela

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Ela

— La cosa es muy sencilla, si no pisas las rayas pues te caes al agua y te comen los tiburones — le expliqué antes de cruzar la cebra de la calle algo solitaria.

— Yo lo jugaba diferente — dijo mirándome extrañada.

— La que sea más rápida gana y le compra un helado a la otra — esperamos a que estuviera en rojo el semáforo.

— Es muy fácil, pero creo que no deberíamos jugar en la calle.

— Estará en rojo para mayor seguridad.

— Bien — en menos de tres segundos ya estaba en rojo el semáforo y cruzamos la calle mientras jugábamos, Mia intentó pasarse de lista al correr; sin embargo, una caída la hizo perder, hacía no mucho había llovido y la pintura de los pasos de peatones tenía algo de agua, sus zapatos eran algo lisos y al sumarle el agua pues está cayó de espaldas, comenzamos a reír mientras la ayudaba a parar.

— ¿Todo bien?

— Sí, tan bien que me gane un helado gratis — no me fijé que al irla a ayudar me salí de la pintura, ella aún seguía en su lugar.

— Listilla.

— Solo un poco — contestó entre risas, terminamos y cruzamos la calle caminando normal en lo que ella se limpiaba el pantalón — ¿Está muy mojado?

— Solamente algunos parches, pero si te bajas un poco el suéter, seguro no se ve.

— Gracias, aún no me acostumbro a verte con el pelo de ese color, se ve genial.

— No creas que yo ya me he acostumbrado a verte con el cabello corto.

— Iremos por mi helado — solté una risa.

— ¿No prefieres un café?

— Café antes que nada.

— Cafetería, allá vamos — hice la pose de un astronauta de juguete.

— A la cafetería y más allá — dijo ella riendo y haciendo una pose similar a la mía.

Tres meses después...

Mia

— "Pijamada de amigos" — rodee los ojos. Estaba en casa de Logan, en su cama, con sus padres a un pasillo de nosotros, había pasado casi un mes desde que regresaron con entusiasmo de haber terminado el proyecto y haber hecho un muy bien trabajo en menos del tiempo estipulado.

— Amigos, es que no sé aún cómo estás aquí y no en tu casa.

— Mañana, mejor dicho, en unos minutos es tu cumpleaños.

— Dan ganas de comerte y no a besos — vaya piropo, y ahora ¿Quién es al que le dan arrebatos?

— Juguemos veinticuatro, tú en dos y yo en cuatro, también puedo jugar a eso.

Mi mejor tormento ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora