Ela y Noah llegaron en la tarde, Ela traía un pequeño pastel de chocolate o algo así. Estuvimos en la sala de estar viendo películas los cuatro, a pesar de todo fue un buen cumpleaños.
— ¿Te puedes quedar a dormir? — le pregunté a Ela cuando estábamos en la cocina buscando algo para preparar.
— Sí, eso creo.
— Me alegro de que hayas venido, hace mucho no pasamos tiempo juntas, ayer fue poco lo que hablamos.
— No es que quiera hacerte el feo, solo quería preguntar si ¿estás ebria? — me miró expectante
— No lo estoy, me estás ofendiendo.
— Lo siento solo sonó muy emocional, también me gusta que podamos estar juntas, sabes que mi madre no sé hace mucho a la idea de dejar la casa sola.
— No me lo recuerdes, trato de entenderla; pero debería darse cuenta que dejarte sola no es la solución; a veces pienso que debería conseguir un novio o algo así.
— ¿Mi madre con novio?, esas cosas se ven solo por televisión.
— Quizás eso resuelva el uno por ciento de sus problemas.
— Dile eso para que no te vuelva a invitar a casa.
— Sabes que todo lo que digo es broma.
— A veces las bromas camuflan verdades.
— Eso sí es cierto.
— ¿Qué hacen? — pregunta Logan entrando a la cocina con Noah.
— Nada y ustedes, ¿Qué hacían?
— Hablar.
— Interesante.
— Iremos al super, ¿necesitan algo o quieren algo? — pregunta Noah.
— Pueden traer una pizza o algo así, les doy el dinero cuando la traigan.
— ¿Congelada o de camino?
— Congelada o como quieran.
— Bien y ¿tú? ¿Quieres algo? — preguntó Noah refiriéndose a Ela.
— Estoy bien.
— Bueno, ya volvemos — dijo Logan y plantó un beso en mi frente, ambos salieron de casa, supongo que irían en el carro de Noah o no sé.
— ¿Qué fue eso?
— ¿Qué cosa?
— Logan y tú.
— Le pedí ser novios, hoy en la mañana... Somos oficialmente una pareja.
— Pues eso era lo único que les faltaba, confirmarlo/ hacerlo oficial.
— Es muy dedicado y por ratos pienso en no ser suficiente para él.
— Claro que no, tu también eres maravillosa y apenas están empezando, poco a poco perderás esa desconfianza e inseguridad en ti misma.
— Eres muy amable diciéndome esas cosas, te quiero demasiado.
— Yo también te quiero, ahora los detalles.
— ¿De qué?
— Logan y tú, ¿Por qué se lo pediste? ¿Qué te dijo? ¿Cómo fue todo?
—, ¡Ah!, esto va a hacer algo que me va a marcar para toda la vida y no bromeó. En la mañana me llevo un desayuno sorpresa de cumpleaños, hecho con sus propias manos; después de hablar se fue a bañar, fui a buscarlo, yo estaba llorando, me senté en el suelo y él salió de la ducha y me preguntó si estaba bien; descubrí que me había bajado y ya sabes... fue amable diciendo que me traería ropa y se lo dije después de que hablara, me dijo que sí y luego me llevo ropa al baño para yo cambiar la que traía, después de todo lo que pasó no le dio asco o alguna cosa así, no se escandalizó por ver qué tenía sangre en mi pantalón no hizo nada así, solo me ayudó y terminamos otra vez recostados en la cama mientras él leía.
— Después de todo no es el imbécil Morgan.
— Lo de imbécil va con cariño, gracias por ayudar a Logan con mi regalo.
— No fue nada, él estaba preocupado por no saber exactamente qué darte.
— Hoy ha sido uno de mis mejores días, por unas cosas.
— ¿Ya hiciste maleta?
— No, y me alegro de que estés aquí porque puedes ayudarme con eso.
— En lo que llegan los chicos, puedo ayudarte.
— Vamos — la invité a seguirme en lo que salíamos de la cocina.
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Mi mejor tormento ©
Teen FictionMia Adams es una chica de 17 años que cruza su último año en el instituto, su vida pasa a estar fuera de la rutina cuando por negocios sus padres se van de viaje y la dejan con el poco interesante de Logan Morgan. Logan Morgan es el hijo de los mej...