No mucho tiempo después mis padres se fueron, quedé un poco triste, por más qué pasaban los años no lograba acostumbrarme a sus viajes de negocios, era divertido cuando salíamos juntos a comer o simplemente nos quedábamos en casa a pasar el rato. Con cada año que pasaba las cosas iban cambiando y estuve al cuidado de varios canguros; fue divertido hasta que tuve uso de razón, cada vez entendía más lo que sucedía, llegue a pensar que no me querían y por eso se iban de viaje sin mí, tiempo después entendí que no es que no me quieran sino que ese es su trabajo y está bien; pero no me acostumbro y nunca lo haré.
Subí a mi habitación y la aseguré empujando el pestillo, con el fin de impedir la entrada a Morgan.
Ya era hora del almuerzo y no tenía planeado hacer comida, quizás pediría algo a domicilio o dejaría pasará esa comida, no lo sabía. Estaba aburrida, mi idea fue buscar algo que ver en la tele; pero pronto mi distracción se vio interrumpida por la voz de Morgan, estaba llamando a la puerta, no le abriría, estaba tan bien acostada en mi cama viendo la tele, así que simplemente le grite un — ¡¿QUÉ QUIERES?! — su respuesta me sorprendió, pues me había dicho que bajara a comer el almuerzo que había preparado. ¿Logan Morgan cocinó?, esto era sorprendente, pero y ¿Si la comida tenía veneno?, no claro que no, solo está tratando de ser amable Mia, en fin ya tenía algo de hambre, así que decidí quitar el pestillo de la puerta y abrirla para bajar en dirección a la cocina y ver qué había preparado Logan, digo Morgan.
— Se ve bien, sin embargo, ¿Seguro que no tiene veneno?
— Ja, ja, créeme que si lo tuviera yo no comería Adams.
— Aún me sorprendo de que hayas cocinado, ¿Quién te enseño? — pregunto algo curiosa.
— Eso es lo de menos. Estás tratando de ser amable conmigo, eso si es sorpresa — esas palabras sonaron más como afirmación que como pregunta. Solamente me senté en una silla del comedor y me dispuse a probar la comida.
— ¿Qué tal está? — interrumpió el silencio que ya se había formado.
— He probado mejores Morgan.
— Tú sabes que está bueno, como alguien que conozco — presumiendo siempre — Ah, deja ya de decirme Morgan, sabes que no me gusta.
— Uno, no estás bueno y lo que cocinaste apenas si es comestible, dos, yo te llamo como se me dé la gana y tres, si vamos a tener que compartir estos meses debo de poner reglas — las reglas estaban más que claras, sé que iba a pedir ayuda de Ela; no obstante quién más que yo podía decidir que se hace en esta casa mientras mis padres no están.
— Está bien, pero solo si yo también puedo poner las mías.
— ¿Qué?, Ni loca, sigue soñando — casi le grito, claro que no lo dejaría poner reglas, si así fuera den por hecho que no podría sobrevivir.
— Oye, esto debe ser equitativo, aparte estoy tratando de apenas tolerarte, si por mí fuera hubiera cocinado exclusivamente para mí y haya tú qué hubiese comido — ahora ya me está sacando en cara lo que cocinó que se cree.
— No pienso discutir sobre eso, yo no te pedí que me cocinaras, en realidad nadie te lo pidió, no sé de qué tanto te quejas.
— Las reglas son las siguientes — dije para luego sacar la hoja blanca que tenía en mi bolsillo.
•No ver porno cuando yo esté en la casa.
•Nada de traer tus rollos a casa.
•No hacer fiestas sin previo aviso.
•Nada de preguntas personales.
•No entrar a mi habitación si avisar.
•No usar mi baño.
•No andar con poca ropa.
•No tratar de seducirme.
•Controlar a tu pequeño amigo.
•No entrometerme en mi vida.— No me vas a dejar tener nada de diversión — se quedó unos segundos en silencio como si estuviera reflexionando y continuo. — Ah, ya sé, tú serás la que me proporcionara tal diversión. No estás nada mal, así que... Lo soportaré — aquí está de nuevo el Logan insoportable.
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Mi mejor tormento ©
Teen FictionMia Adams es una chica de 17 años que cruza su último año en el instituto, su vida pasa a estar fuera de la rutina cuando por negocios sus padres se van de viaje y la dejan con el poco interesante de Logan Morgan. Logan Morgan es el hijo de los mej...