Mia
Recostada en la cama y con un vibrador manejado a distancia, cosas que pasan.
— Esto es divertido — hablo Logan desde la otra línea — la mejor compra que he hecho — se ríe.
— Será divertido para ti — no estaba molesta, solo me generaba curiosidad lo que llegase a pasar con esas ideas tan locas que tenía a veces.
Había pasado exactamente medio año desde que fue al café, no tardamos muchas semanas en volver a ser pareja, lo intentamos a distancia, le habíamos guardado lealtad el uno al otro por años sin saberlo, por qué no intentarlo ahora que si tendríamos algo fijo.
No pasaron ni tres semanas desde lo de el café cuando la relación se empezó nuevamente, todo de cero. Él debía volver a su ciudad por trabajo y en eso no tenía mucho que opinar, no podía decirle que no se fuera y dejara su trabajo por mí, era su responsabilidad y sería egoísta de mi parte. Aquí yo conseguí un trabajo en una editorial, estaba entusiasmada por haber sido escogida, ese último trabajo de grado realmente me abrió puertas.
Ahora, poniéndolos en contexto con lo que estaba pasando actualmente, hace aproximadamente una semana me llegó un paquete de Logan, ¿adivinen qué era?... Oh, ¡sorpresa!, Un vibrador que se maneja desde el móvil. Apenas "podíamos" hacer uso de él, se supone que France está de compras, por ende no hay nadie más en casa.
Solo con un camisón y uno de los audífonos inalámbricos por qué hay que ser inteligentes, con el oído libre podía estar al pendiente por si alguien llegaba o tocaban la puerta.
— Se supone que si subo esto ya se empezará a mover allí, ¿Vibra? — lo tenía en la mano esperando la prueba.
— Ajá, demasiado — contesté.
— Perfecto.
— ¿Tú pretendes que me lo meta así nada más?
— Qué boca tan sucia.
— Es la misma con la que...
— ¿Me la chupas?
— Estamos en horario familiar, eso no se dice Morgan.
— ¿Mia o Adams?
— Sí lo vas a gruñir... Cómo quieras.
— Maravilloso, no sabes cuánto estoy deseando ir a verte el otro mes.
— ¿Por qué?
— No me llames puberto si te beso y se me sube.
— Porque lo haría, esa es la mejor parte de hacerlo.
— ¿Te gusta que me empalme? — baje mi mano entre mis muslos, pase mis dedos por los labios y acaricie de arriba a abajo, dedique un poco de tiempo a mi clítoris, deje esa parte de mi cuerpo algo dormida.
— Como no tienes idea, y más si la puedo sentir en el proceso — no sé cómo salió cada palabra.
— Está vez no la puedes sentir, pero té aseguro que estoy bien empalmado — adentre algunos dedos en mi vagina y comencé un vaivén, lento — ¿Ya? — pregunto y reemplace mis dedos por el vibrador.
— Sí — conteste rápido, el vibrador comenzó con vibraciones suaves, era una montaña rusa, lo podía mover a su antojo, mientras que en algunos instantes lo subía a máximo nivel en otras lo bajaba haciéndome rogar por algo más que eso.
— Logan... — suspiré cuando estaba a punto.
— ¡Mía! — era France.
— ¡Espera! — grité, la palabra era práctica para los dos, me senté en la cama, acomodé las prendas que traía puesta e intenté levantarme, con las piernas temblando un poco llegué a la puerta donde abrí para ver qué necesitaba.
— He traído café helado.
— ¡Oh! — solté cuando sentí el aparato vibrar, junte mis piernas — Logan, para — grité y France me miró confundido.
— No creí que lo de hacer el amor por telepatía existiera — bromeó.
— Gracias por el café, en un momento voy por él — solté un poco avergonzada y si eso me había hecho avergonzar lo siguiente que dijo sí que lo hizo.
— Pues al menos ya no te masturbas con viejos recuerdos.
Estaba claro que Logan pudo oír lo que dijo, mientras tanto France se alejó y yo cerré la puerta sin antes decir: — Maldito —. Logan solo soltó las carcajadas que no pudo aguantar, era agradable escucharlo reír algo ronco, mis pensamientos en ese momento no eran los más sanos y a mí llegó el recuerdo de ese día que estaba en la ducha... France y yo llegamos a tener tanta confianza que a veces podía estar en el baño mientras yo me duchaba; ese día me buscaba para ayudarle con algo, yo estaba tan metida en mi momento que no escuché cuando entro a mi habitación he intentó abrir la puerta, no alcanzo a ver nada solo a escuchar algunos de mis suspiros mencionando a Logan.
No pude llegar a la cama. Caí de rodillas cuando el aparato volvió a vibrar; no fui capaz de formar una oración para decir algo, solamente estaba sentada en el suelo, como si estuviera alabando algo, la cabeza sobre mis manos en puño, mordiendo mi labio para que nada saliera de ahí, solamente mi respiración y uno que otro gemido ahogado.
— Adams — soltó Logan cuando llegó, llegamos al tiempo, únicamente trataba de regular mi respiración después de todo eso que había pasado — ¿Todo bien?
— Pudo ser mejor — lo moleste entre algunas risas, sentía en mi garganta con una especie de nudo.
— Si tú lo dices.
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Mi mejor tormento ©
Fiksi RemajaMia Adams es una chica de 17 años que cruza su último año en el instituto, su vida pasa a estar fuera de la rutina cuando por negocios sus padres se van de viaje y la dejan con el poco interesante de Logan Morgan. Logan Morgan es el hijo de los mej...