Capítulo 24

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Logan

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Logan

Decidí quedarme en casa de Noah, después de todo a mi casa no podía ir ni aunque quisiera, sonara muy raro o incluso ridículo, pero no tenia llaves, mis padres se las llevaron, y la casa de los padres de Mia estaba descartada; sería el último lugar al que quisiera ir, teniendo en cuenta que ella estaría en el lugar.

A veces creo que soy un poco inmaduro al enojarme por esas cosas o simplemente eso es una simple excusa para enojarme por todo lo que sucede, probablemente lo sea, ella no es nada mío y derecho a hacer lo que hice no tenía. Últimamente, tenía días buenos y malos, en serio me sentía a quebrantado por algunas cosas y quizás la forma de soltar todo lo reprimido era estar en estos momentos pensando sobre mis mierdas mientras observo una pared, ¡QUÉ BONITO!

Debería hablar con alguien sobre esto, el problema es ¿Quién quiere hablar sobre mis problemas mientras cargan también con los suyos?; además, son como las dos de la madrugada, nadie aparte de mi subconsciente me podría escuchar en este momento.

No logro entender por qué no me dejaron en casa, allí lo estaría pasando mejor que en una casa ajena dónde siempre me recuerdan que no soy muy bien recibido, es un lugar en el que no puedo hacer lo que quiera porque no es de mi propiedad. ¿Por qué no simplemente vivo como un adolescente normal de mi edad?, debería estar yendo a fiestas, divirtiéndome con mis amigos, pasando ratos agradables con padres normales, debería estar en una relación o solo liándome con alguna chica buena para mí; pero ahora solo estoy en un sofá, viendo una pared, abrazando a una almohada, con mis mejillas húmedas y recapacitando sobre todo esto.

— ¿Estás bien pequeño? — pregunta una voz muy dulce, la reconozco fácilmente.

— Sí, señora, puede seguir durmiendo tranquila — respondo limpiando mis mejillas, la nana de Noah está a una corta distancia de mí.

— Pensé que no, estabas sollozando

— De pronto pesqué una alergia, no puede ser nada malo — hago sonar mi nariz.

— Le dije a mi niño Noah que lo dejará dormir en su habitación, te haré un té, a lo mejor eso te mejora.

— Gracias, pero no se preocupe, ya se me pasará. Debería ir a dormir, es tarde.

— Te prepararé el té y luego iré a dormir. — Me acomodo en el sofá tratando de recordar lo terca que a veces puede ser la señora Meg.

Ela

Tal parece que nadie notó mi ausencia en las clases de hoy; probablemente Mia ahora esté cargando con su mierda, la llamaría, pero ya es muy tarde y dudo que conteste. Mamá está en su trabajo y, por tanto, estoy sola en casa, ya me he acostumbrado un poco a que ella no esté siempre. Cualquiera en mi lugar diría que es divertido estar solo en casa, al principio sí lo es; pero con el tiempo se vuelve aburrido y te acostumbras.

A veces pienso sobre cómo sería el estar viviendo con mis dos padres, recuerdo muy poco de ellos y quisiera poder recordar más; ellos eran divertidos, pasábamos buenos momentos juntos. Casi siempre siento que ellos están conmigo y muchas veces creo que todo lo que pasó fue un sueño y que en cualquier momento entrarán por la puerta y dirán — ¡hija, ya llegué! —, pero eso nunca pasará por más que lo desee.

El tema últimamente me está afectando y más no poder hablarlo o comentarlo con por lo menos uno de mis amigos. Hace años no lloraba por la muerte de mis padres y ahora estoy prácticamente mojando la almohada por culpa de mis lágrimas, crecer, duele más de lo llegue a pensar.

Mi mejor tormento ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora