— Entra y déjala encima del inodoro, por favor, — grité cuando sonaron unos toques en la puerta, hizo lo que le pedí, hasta me trajo un tampón, muy pocos chicos hacían estas cosas.
Tuve que lavar a mano el pantalón de pijama, mis bragas se arruinaron así que las bote. Logan limpio con un paño húmedo lo que había quedado en el suelo, no estoy orgullosa de eso porque no tenía porqué hacerlo.
Al salir del baño me dio mi espacio, fui a su habitación para que habláramos y para agradecerle por todo lo que había hecho.
— ¿Puedo? — preguntó cuándo estoy en la puerta de la habitación.
— Sí — responde mientras se acomoda en la cama, me hace espacio y me hago a su lado.
— Primero quiero darte las gracias, no esperaba que hicieras eso — digo tratando de acomodarme para quedar viéndolo a la cara.
— Si necesitas algo más solo dime.
— Tú eres tan... no hay palabra que describa muy bien el tipo de chico que eres. Ahora entiendes porque te digo lo de no ser suficiente para ti.
— Soy tu amable y atractivo novio.
— Me gusta como suena eso.
— Te gustará más que diga que eres mi preciosa y espectacular novia.
— Mi corazón está latiendo muy rápido.
— No pienses que el mío no está desbocado.
— Estás haciendo que lata más fuerte.
— Supongo que eso es bueno.
— Voy a cancelar los planes con Ela, quizás le digo que venga.
— Si crees que es mejor, puede invitarla a quedarse contigo.
— En estos momentos solo quiero compartir contigo, esta historia será muy rara de contar; diremos que yo te pedí ser novios mientras fluía y no precisamente con palabras.
— Diré que te emocionaba tanto la revelación que explotaste por dentro, por eso la sangre.
— Lo haces ver gracioso.
— Es algo normal, ¿quién pregunta esas cosas?
— Mis padres.
— ¿Les hablaremos de esto?
— No lo sé, quizás me pregunten y debo dar una respuesta, ¿tú qué piensas?
— No deberíamos ocultarlo, oficialmente somos pareja.
— Intentaré decirlo cuando esté con ellos.
— Me parece lo adecuado.
— Yo venía con mis ideas organizadas de lo que te diría y ya se me olvidó a lo que venía.
— Dijiste gracias, hablaste de cancelar los planes con Ela y de lo que les dirás a tus padres.
— Ah, vine a hablar de lo que pasó; pero creo que está muy claro.
— Demasiado diría yo.
—¿Ahora que somos novios me darás besitos?
— ¿Quieres que te dé besitos o besos?
— ¿Puedes enseñarme la diferencia?
— Por supuesto — puso una de sus manos en mi mejilla y se acercó, sus labios hicieron un leve contacto con los míos y repitió varias veces el acto — esos son besitos — luego volvió a hacer contacto de nuestros labios, pero esta vez estos estuvieron más tiempo juntos, sus movimientos eran lentos y guiaban los míos — estos son besos — dijo y me dio otro — ¿cuál quiere la señorita?
— No puedo escoger, ambos son adictivos. ¿Esto es cursi o meloso?
— Nosotros debemos de tener nuestros momentos, no todo es salvajismo.
— De acuerdo, ¿en qué estábamos?
— En que quieres escoger bien qué prefieres.
— Oh, verdad. Cómo te decía, si quieres enseñarme cuáles son mejores, estoy dispuesta a ser tu conejillo de indias.
— Qué propuesta tan maravillosa, te explicaré. Existen muchos tipos de besos como el francés — explica y me toma otra vez de la mejilla y se acerca para darme un beso francés, es que sabe.
— Antes de continuar con las lecciones, le hablaré a Ela para que venga, puedes invitar a Noah ¿si quieres?
— Sí, ¿puedes prestarme el móvil yo le escribo un mensaje? — Tomé su móvil y se lo pasé.
— ¿Quieres más clases o prefieres leer?, ¿qué prefieres hacer?
— No me aburren las clases, si no es molestia me gustaría estar recostada en la cama contigo abrazándome, dándonos calorcito porque me han empezado a dar cólicos.
— Como mande, ven aquí — dijo acostándose y yo hice lo mismo a su lado, nos tapo con él cubrecama acolchado, sus piernas quedaron enredadas entre las mías — ¿puedo leerte?
— No es mala idea — Se movió un poco para poder tomar el libro y retomar la lectura, estaba deseoso de saber que más pasaba, me perdí en la forma en que pronunciaba cada palabra, como respetaba los signos de puntuación y como su voz era tan suave. No tarde mucho en quedarme dormida en su pecho, si esto no era amor no sé que lo era.
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Mi mejor tormento ©
Teen FictionMia Adams es una chica de 17 años que cruza su último año en el instituto, su vida pasa a estar fuera de la rutina cuando por negocios sus padres se van de viaje y la dejan con el poco interesante de Logan Morgan. Logan Morgan es el hijo de los mej...