Mia
— ¡MORGAN!, vamos tarde — grite desde afuera, esperaba respuesta alguna; pero no recibí ninguna
— Oye Logan maldito, imbécil, vamos tarde al instituto — toque más fuerte la puerta de la habitación; pero nada sucedía.
Menos mal, ya tenía un plan por si alguna vez algo así sucedía, el plan A siempre ha sido que él me lleve, pese a que tengo afán y él no responde, tengo que usar el segundo plan.
El plan B, llamar a alguien que me pueda llevar porque de mi casa al instituto hay muchos kilómetros de distancia. El problema es ¿A quién llamo?, ya que me diría —¿Pero si tú sabes manejar porque no vas en un coche?—, pues claro que sé, pero necesito de un adulto que me supervise y adivinen, no hay ninguno, como siempre responsable.
También podría perder mi tiempo llamando a Logan, pero precisamente no tengo eso... tiempo. Ela probablemente ya esté en el instituto, la única persona que conozco igual de despistado que yo es Dylan, sí, él es una de mis salvaciones ahora. Es como casi mi última opción, llamaría al mejor amigo de Logan; pero uno, casi no hablamos, dos, no tengo su número y tres, sería muy raro.
Así que simplemente llamé a Dylan, él contesta a los tres tonos. Me siento bendecida y afortunada de que él me pueda hacer ese favor, se lo agradecí mil veces por la llamada.
Unos minutos después llegó a la casa; me subí al auto y Dylan manejo lo más rápido posible al instituto. Hoy no había mucho tránsito, cosa que me sorprendió por completo e hizo qué llegáramos con minutos de sobra, la conversación fue agradable y no muy personal, cuando llegamos se lo agradecí y fui en busca de algún rostro familiar o conocido, quisiera estar con cualquier persona menos con Dylan en estos momentos. Pronto encontré a Mark, estaba sentado con su móvil en las manos, me acerqué a él de manera sigilosa.
— ¡¿QUÉ HACES?! — su cara me hizo reír, no pensaba asustarlo; pero, sin embargo, él se asustó dejando así caer el móvil al suelo.
— Mierda — gruño y levantó su móvil, por suerte no le pasó gran cosa. — No me asustes Mia.
— No quería hacerlo, ¿Qué hacías? —, me siento a su lado.
— Estaba viendo a una chica, está linda y es divertida, mírala —. Me dio el móvil con la galería abierta dejando ver la foto de dicha chica.
— Es guapa — admití; pero no adjunte nada más a mi comentario, no la conocía en lo mínimo.
— No más que tú — dijo guiñándome el ojo, siempre bromeamos así.
— ¿Qué más? — pregunte al sentarme en una de sus piernas acariciándole el brazo, él era uno de esos amigos con los que cualquiera pensaría que tendría algo, pero lo conocía muy bien y no lo veía con otros ojos que no fueran de una linda amistad.
— Es más plástica que una Barbie.
— ¿El chiste? — le había salido muy mal esa bromita.
— Sé cómo hacer que te rías.
— No es lo que estoy... —, no me dejó ni terminar la oración, ya sentía como me hacía cosquillas y no paraba de reír como una desquiciada, sentía el peso de miradas sobre mí, — Mark, para. — fue lo único que pude decir, ya creía yo que Mark me haría caso. Siguió haciéndome cosquillas hasta que comencé a llorar, en ese momento paro.
— Lo siento.
—Soy buena actriz, ¿No? — me reí de su cara, mis lágrimas eran más falsas que el ex de Ela. Llorar será siempre mi escapatoria con él, me levanté de su pierna, y esperé a que esté se levantará también porque ya era hora de entrar.
— No sé cómo siempre caigo en ese truco viejo y barato tuyo —. Lo miré, y le di una sonrisa burlona.
— Tendrías que ver la cara de pendejo que pones siempre que lo hago.
— No te burles de mí — Se queja, ya estábamos caminando por el pasillo con aulas — ¿Qué materia te toca ahora?
— No me acuerdo, cálculo o algo así.
— Bueno, nos vemos luego — dijo despidiéndose y yo seguí mi camino.
Cuando mire el horario de clases me di cuenta de que no era cálculo, me tocaba filosofía... ¡WII! Mi materia favorita, (nótese el sarcasmo).
Nunca entenderé la filosofía, siempre tengo que leer los textos esos como cuarenta veces para entenderlos, mi único consuelo de esta materia es que... no tengo ninguno, es una de las únicas materias que no comparto con ningún amigo más que con Dylan y ¡¡oh cielos!!, ya ni nos hablamos. Pensaba que iba a ser un buen día, pero veo que no siempre se puede ser entusiasta.
ESTÁS LEYENDO
Mi mejor tormento ©
Teen FictionMia Adams es una chica de 17 años que cruza su último año en el instituto, su vida pasa a estar fuera de la rutina cuando por negocios sus padres se van de viaje y la dejan con el poco interesante de Logan Morgan. Logan Morgan es el hijo de los mej...