CAPITULO XX-VII

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—Aléjate— murmura con dificultad, la falta de aire era contradictorio para él.

—Jungkook— el alfa siguió acercándose, sin importarle la orden del omega.

—¡Taehyung aléjate!

Las piernas le fallaban. La compostura que aún yacía se desvanecía poco a poco. Su cuerpo no reaccionaba y lo poco que podía atinar era sumamente dificultoso.

Las feromonas invadían el departamento, el aire volviéndose pesado, por una parte siendole agradable, porque era el olor de Taehyung, el alfa que no le haría daño. Aunque estas circunstancias su vida corre peligro, le es imposible mover un pie.

—Ven por favor

Lo llama con un ápice de voz de mando, más Jungkook no accede al aferrarse al estante de zapatos. Su lobo le pedía ir, le pedía entregarse a los brazos del alfa frente a él, quería ceder, quería avanzar. Pero no debía, no ahora.

—N-no...— negó con la mejillas quemarle. La fuerza impuesta sobre el mueble se desvanecia de a pocos.

—Ven, Jungkook.

Todo fue inútil. Soltó el estante y dio dos pequeños pasos, aguantando las ganas de acercarse.

Gruñe.

Taehyung avanza soltando bufidos pesados. De su rostro caía algunas gotas de sudor perdiéndose en su cuello y otras en su pecho. Jungkook retrocede, al fin reaccionando con la poca parte razonable de su mente. La imagen del alfa delante de él opaca su pensar sumergiéndose en una burbuja de éxtasis, rodeado de las feromonas del alfa más agradable que ha podido conocer.

—Te necesito, Omega.

Se encoge. Kim Taehyung utiliza una ligera Voz Alfa, intentando que el omega en la entrada avanzara hacia él y tenerlo para su merced.

—Alejate... ¡Aléjate!— ordena en un grito, más Taehyung no obedece, acercándose más, acechándolo

—Jungkook— lo menciona, y al fin lo tiene frente a su rostro, mirándolo con tanta perversidad, cerciorandose que sea el mismísimo Jeon Jungkook el omega con el olor a vainilla más delicioso para su ser— No temas.

Pero el menor no puede evitar sentir eso: temor. Porque nunca pensó que llegaría el día en donde se supone que no debía permanecer allí, donde se supone que se alejaría para darle espacio. Pero... ¿Ahora que hará? Lo tiene allí, mirándolo como si fuese la presa más apetitosa del mundo. Y tal vez, solo tal vez, debía ultizar alguna defensa como aquella vez con ese alfa.

No

No lo hará.

Porque no es aquel alfa. No es ese alfa que trató de violarlo.

Es Taehyung. El hombre que quiere, y el alfa que acepta su lobo gustosamente sin repudiarlo.

Las bolsas en el piso fueron aplastadas con el choque de la puerta, y el celular cayó a sus pies; siendo seguro que las masetas y el mismo aparato se destrozen. Taehyung acortó la distancia, acorralándolo contra la puerta, bufando y con los ojos con hermosos destellos dorados, cautivándolo.

Alfa, déjame ir— su voz salió apenas, la mirada intimidante y a la vez dócil no lo dejaba hablar con firmeza.

Taehyung acunó su rostro en el cuello ajeno, absorbiendo toda su exquisita escencia frotando la nariz en un suave recorrido; partiendo desde el centro hasta la línea de la mandíbula, bajando hasta el lugar en donde debía yacer una marca. Jungkook como instinto ladea la cabeza dando mayor accesibilidad al alfa en cuestión, llevando las manos al pecho ajeno imponiendo fuerza para alejarlo, pero se ve interrumpido cuando Taehyung las apartó y de un hábil movimiento lo cargó sobre su hombro, dirigiéndose a las escaleras.

DEBITUS UT OMEGA | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora