CAPÍTULO LX-III

4.6K 526 92
                                    

Taehyung no puede soportar el dolor de su pecho.

Sentado al borde de la cama con la ropa de su omega en sus manos le es imposible sentirse despreciable al no poder cuidar a la persona más importante de su vida. Porque ¿Cómo no sentirse mal si la angustia de no volver a ver a Jungkook lo carcome horrible? Y aún más que han pasado dos días de su desaparición.

El cateo en el Palacio de Incheon fue en vano. Todos los esfuerzos por buscar hasta el último rincón al omega no sirvieron de nada.

Luego que Namjoon regresara de un largo día en el perpetraje, el reporte que decretó fue absolutamente extraño. ¿Por qué? Bueno, la Reina Hara no se hallaba en el lugar. Sus ropas, sus joyas, algunos de sus libros, entre otras pertenencias... desaparecieron. Es como si se hubiese esfumado en el aire.

Pero vaya joya que encontraron, pues una alcoba no tan lejana a la de los reyes estaba invadida de pertenencias de bebé: una cuna, mecedoras, ropita, biberones, finas carriolas, entre otras. Siendo la mayor duda de Namjoon y toda la guardia real. Y es de más que de Taehyung, Seokjin, Hoseok, Jimin, y Yoongi también.

¿Por qué esos objetos? ¿Hay un cachorro en el lugar? ¿La Reina Hara tuvo un cachorro? ¿O qué?

Pero ahora, lo principal es que aquellos dos lugares -la mansión Choi y el palacio de Incheon- no hallaron algún rastro de Jungkook, por lo que la búsqueda es mucho más tedioso y difícil al no saber dónde más puede estar. Aunque la idea de qué tal vez su paradero esté en un bosque es lo que no puede quitarse de su cabeza.

Suelta un largo suspiro y se dispone a salir de los aposentos hasta el vestíbulo donde su padre alfa lo espera.

No tiene cabeza para nada, ni siquiera la presencia de la servidumbre lograría sacarlo de esa febril nebulosa. Pero oh, para la sorpresa de Kim Taehyung, cierto omega con un exquisito olor a pie de limón lo intercepta en medio camino sin la intención de apartarse.

Seokjin lo mira con ganas de comentarle con respecto al siguiente movimiento, sin tener éxito tras ser ignorado por el alfa al pasar de largo.

—¿Se van a ir?— pregunta siguiéndole el paso, con un ápice de desesperación—. Quiero ir con ustedes, por favor.

—No podemos, pa.

—¿Por qué no?

—Porque no.

A Seokjin no le parece una respuesta convincente, por lo que insiste luego de cruzar dos pasillos.

—Tengo derecho a saber. Quiero apoyarlos, yo también quiero ir— reitera.

—Es peligroso, no te llevaré.

El omega arruga el entrecejo ante la negación de su hijo tras estar persiguiéndolo por media Casa Real, luego que la orden en alistar a la guardia real para la búsqueda en los bosques de Seúl sea dada.

—Jungkook es como un hijo para mí, tengo derecho— insiste en medio de un pasillo, Taehyung ni siquiera se atreve a mirarlo por el temor de no poder contra el hombre al ser un omega—. Por favor hijo, llévame.

—No

—¿Por qué no? Te exijo que me lleves.

—No

—¡Es porque soy omega! ¡¿Verdad?!

—No es eso.

—Entonces ¿Qué? Explícame— Seokjin le exige iniciando un nuevo pasillo, pero no ve que el menor acceda a darle una respuesta.

—No hay nada qué explicar, solo quédate.

—No soy una Penélope, Kim Taehyung. ¡Llévame!

DEBITUS UT OMEGA | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora