CAPÍTULO LXX-V

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Al siguiente día todo empezó mal.

Taehyung despertó al escuchar los fuertes quejidos de Jungkook tras removerse constantemente en la cama, jadeando, sollozando y apretando las manos en las sábanas cuando unos intensos calambres en los muslos, piernas y manos aparecieron de repente. Por lo que llamó enseguida a Donghae sin antes colocarse unas batas y ventilar el lugar.

Y vaya, tremendo baldazo de agua helada les cayó a ambos -en especial a Taehyung- al ver la "excelente" compañía del beta. ¿Quién iba a pensar que sus padres iban a estar allí?

Ay, mierda.

—Deja de mirarme así— protesta Taehyung dirigiéndose hacia su progenitor alfa quién reposa contra la pared del pasillo con los brazos cruzados en su pecho, mirando como el menor camina de un lado a otro a esperas de una respuesta de la salud de su ahora Luna.

Namjoon suspira.

—¿Cómo te puedo mirar después de lo que hicieron? Debería darles vergüenza.

Taehyung rueda los ojos y vuelve a sumergirse en sus pensamientos.

—Cálmate, si estás así por un malestar no quiero imaginarme cuando nazca mi nieto.

—O nieta— añade, deteniéndose para mirar a su progenitor, y antes de retomar el paso Namjoon lo toma del brazo y lo obliga a tomar lugar a su lado, frente a la puerta de sus aposentos—. Estoy realmente preocupado. Tal vez no debí marcarlo.

—¿Quien pidió a quien?

—Jungkook lo pidió, y yo cedí.

Oh

Namjoon alza una ceja con un ligero abrir de labios, pero la seriedad retorna a él al retomar el tema.

—¿Nos van a regañar?— pregunta Taehyung un poco a la defensiva—. Ya no somos unos niños, seremos padres y reyes. No pueden hacer eso.

—No te adelantes, hijo. Esperemos a que Donghae salga.

—Pero-

De repente la puerta se abre. El antes mencionado sale con una gran mochila tras su espalda y pasando las manos por su estilizado terno, sonriendo poquito al ver a ambos alfas acercarse hacia él. Más ve que cierto alfa con el castaño cabello alborotado intenta pasar de largo.

—Majestad, espere— el beta lo llama con la seriedad impregnado en su rostro. Taehyung se detiene al instante para mirarlo, quizás algo avergonzado por si actitud.

—Discúlpeme, Donghae-nim, pero estoy tan preocupado que no puedo pensar en nadie más que en Jungkook y en mi cachorro.

—Necesita saber unas cosas antes de verlo.

Donghae jadea sutilmente tras ganarse la atención ajena, el otro demasiado atento a su seguir casi al borde de la ansiedad.

—¿Qué tiene, Jungkook? ¿Él y mi cachorro están bien?

—El cachorro está perfecto, pero igualmente debe tener cuidado. En lo que respecta al Principe JK... no veo que su aspecto haya mejorado. Ha recuperado su peso y las náuseas y vómitos han sesado, pero su piel, labios y todo a esa cuestión no habido mejoras. Cuiden su hidratación y dieta, le hice una prueba rápida de hemoglobina ¿Ha estado tomando los suplementos de hierro?

—Lo estuvo haciendo

Donghae alza una ceja.

—¿Ha seguido su dieta?

—Todo al pie de la letra, a excepción de un postre. Come mucho pudín ¿Esta mal?

—Todo en exceso es malo. Regula su antojo— Donghae le pide, subiéndose poquito sus anteojos, y suelta un carraspeo—. He tomado unas muestras de sangre, aún debo investigar su condición. Sé que no le agrada esto, Majestad, pero es obligatorio hacerlo, y aún más cuando el Príncipe Heredero viene en camino.

DEBITUS UT OMEGA | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora