CAPÍTULO LXX-IX

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—Jungkookie ¿Me quieres acompañar a un lugar?

El mencionado despega la vista de la laptop para centrarse en Seokjin sentado frente suyo en el escritorio de la oficina. Más el mayor fue completamente ignorado cuando Jungkook regresó a la pantalla del dispositivo, reacio, con el cejo fruncido, y sin signos de querer prestarle atención.

¿La razón de aquella caprichosa actitud? Pues recordemos seis días atrás.

Jungkook se levantó en plena madrugada porque Pudín no dejaba de moverse al querer la compañía de su papá Tae, y durante el trayecto debía esconderse para no toparse con algún guardia o sirviente.

Sí, tuvo mucho cuidado. No se topó con nadie ni de ida ni de regreso.  Pero Jeon Jungkook se olvidó de un detallito...

El palacio tiene cámaras.

Exacto, Jeon Jungkook se jodió solo.

Seokjin ladea la cabeza, dibujándose una sonrisa cálida en sus labios al ver a Jungkook tomar un chocolate de un cofresito enviado desde Gwhaul -obsequio del Rey Padre- y posteriormente llevárselo de mala gana a la boca.

Está enojado, nadie puede hacer nada para cambiar su ánimo. Y aún más cuando la verdadera razón fue que le prohibieron el paso al escabullirse por los pasadizos secretos. Lo que hizo a Namjoon y a Seokjin reforzar la seguridad y ordenar a los guardias resguardar las mismas.

Carajo

—Hyung, ya terminé el documento. ¿Lo imprimo ahora?

—¿Has terminado los dos?

—Si.

Seokjin asiente con la cabeza como confirmación, sin dejar de ver al menor quién estira el cuerpo hacia la impresora para encenderla. Enseguida vuelve a la laptop sin antes haber tomado otro chocolate del cofre.

—Ayer hablé con Donghae sobre Pudín.

Jungkook alza la cabeza, ahora sí prestando toda su atención cuando Seokjin menciona a su cachorro. Quizás algo fastidiado tras ser el tema central de los mayores detrás de sus espaldas.

—¿Qué dijo Donghae-nim? ¿Pudín está bien?— pregunta luego de dar clic al botón imprimir en la pantalla.

—Está perfecto. Donghae dice que es un cachorro demasiado sano y muy fuerte. Es el cachorro más gozoso de salud jamás visto. Ni siquiera Taehyung.

Jungkook sonríe bonito, sus ojitos brillando precioso al saber la salud de su cachorro, lo que hace no poder no picotearse con un dedo su vientre quizás para despertarlo, más es inútil porque extrañamente Pudín dejó de mostrar signos de existencia tras escuchar la voz de Taehyung.

Oh

—Nos preocupa el parto.

Jungkook parpadea dos veces, atónito.

—Es muy pronto, Hyung. Estoy a punto de entrar al sexto mes. ¿No debo dar a luz a los siete u ocho meses?

—Claro que lo harás en ese periodo. Lo que nos preocupa es cómo lo harás— Seokjin relame sus labios—. Donghae dice que tus caderas son muy estrechas para un parto natural, y si lo intentas es muy probable que sufras algún desgarro y te desmayes por el dolor.

—¿Qué tanto duele?

—Como si te estuvieran partiendo en dos.

El miedo se plasma en el rostro del menor. Y no duda en rechazar repetidas veces la opción. No se imagina la extrema tortura durante la hora.

¿Parto natural? No, no, y un rotundo no.

Tal vez sufra un poco más en la recuperación, pero la cesárea es mejor que nada.

DEBITUS UT OMEGA | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora