CAPÍTULO XX-VI

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—¿Qué ves, Jungkook?

—Tienes masetas.

El omega en cuclillas observaba en sus manos unas dos pequeñas masetas de barro encontradas en la pequeña terraza del segundo piso. Mira minucioso las diminutas rajaduras que parten desde el inicio hasta la base, y otras que dan toda la vuelta por el centro.

—Es un descuidado— atina dejando a un Taehyung confundido tras él.

—¿Mh? ¿A qué te refieres?

—Las flores, he tenido que botarlas. Estaban marchitas.

El alfa se inclina al costado del menor, observando también la misma dirección.

—¿Quieres plantar flores?— le pregunta recorriendo su perfil, su atención cayendo en la cicatriz de su mejilla.

—Si...— musita— Primero debo arreglar las masetas, el agua se saldrá por aquí— señala las rajaduras—. Y las flores no podrán alimentarse.

—No las arregles, compra unas nuevas. Te daré el dinero.

Jungkook frunció el ceño.

—Yo las compraré. Tengo dinero.

—¿Piensas gastar tu sueldo?— el omega asiente— Usalo en otra cosa, yo te daré el dinero porque fue mi irresponsabilidad quien mató la rosas.

—¿Rosas?— pregunta.

—Son rosas que traje del invernadero de mis padres.

—Vaya, tus padres de seguro viven en una mansión.

—Mmm... Algo parecido.

Taehyung se levanta, sacude la parte posterior de su traje plomo observando que todo este en orden. Jungkook lo mira recorriendo todo su cuerpo, sus ojos recayendo en la mano ajena extendida a su dirección, con la finalidad que la tomara.

Algo tímido, la toma y le ayuda a levantarse, también sacudiendo su jean negro, ambos saliendo de la terraza y bajan al primer piso.

—¿A que hora se va? Hyung— pregunta al alfa quien se encontraba detrás de él bajando los últimos dos escalones restantes, con las manos en los bolsillos de su pantalón.

—Ahora.

Jungkook asiente apenas y camina hacia el comedor, para su sorpresa Taehyung lo sigue.

—¿Saldrás?— le pregunta Taehyung sacando una silla de la mesa, toma asiento.

—Mh... No pensaba hacerlo, pero cuando ví las flores marchitas... Me animé.

Estira su cuerpo agarrando el centro de mesa, atrayendo a él.

—¿Piensas ir solo?

Jungkook niega con la cabeza.

—Jimin-shii me acómpañará, no quiero tomar el riesgo de toparme con un... — baja la voz— Tú sabes...

Y Taehyung asiente entendiendo la referencia.

Jungkook lo mira extraño, los ojos del alfa recaian en sus manos entrelazadas sobre la mesa, sin ningún gesto, como si toda la alegría se la hubiesen arrebatado de la nada. Regresa el centro de mesa en su lugar, y jala una silla sentándose al lado de su mayor con su dorso levemente volteado.

—Hyung— musita llamando su atención, pero Taehyung no obedece—Hyung, míreme.

El alfa no accede. Jungkook se acerca más, con la finalidad que Taehyung volteara hacia él. Y tal vez sean sus ideas, pero el olor de menta fresca es ligeramente más fuerte.

DEBITUS UT OMEGA | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora