CAPÍTULO XL-II

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—Sigo procesándolo.

—¿Cuál de las dos cosas?

—Las dos cosas. Esa mierda de regalo y lo que Donghae-nim te dijo.

—Jimin, prefiero hablar lo de la segunda cosa, el primero no, estamos comiendo.

Luego de clases, Jungkook recibió una llamada de Jimin pidiendo casi a ruegos encontrarse en la misma pastelería de la vez pasada. Y para la conciencia de Jeon Jungkook sería una tortura si no aceptara la invitación. Ahora, están allí, sentados uno frente al otro a esperas de lo que dirá el mayor.

—Vaya, cualquier quisiera tener doble orgasmo, eres un suertudo. Taemin ni me hacía llegar a uno.

—Es un desbalance hormonal, pronto se arreglará— dice comiendo un bocado de su pastel, con las mejillas un poco ruborizadas, más Jimin sonríe pícaro—. Deja de mirarme así.

—Oh vamos, un día despiertas de lo más tranquilo sin pensar que esa noche te desvirgarán.

—¿Tú no dijiste que el concepto de vignidad no existe?

—Pues... si. Es un concepto que crearon los alfas para que los omegas no follen en sus celos— explica con el sorbete de su batido entredientes—. Es preferible llamarlo primera vez.

Jungkook termina de comer, se recuesta en su asiento y mira a Jimin por unos segundos.

—¿Qué querías contarme? Te escuché lloriquear a través de la línea.

—¡Yo no estuve lloriqueando a través de la línea!— quejó haciendo un puchero en sus labios, y Jungkook ríe pequeño a esperas del contrario.

—Dime rápido, quiero irme.

Jimin relaja sus gestos, deja de beber su batido y mira con atención a Jungkook.

—¿Qué vas hacer el sábado por la noche?

—No puedo, tengo novio.

—¡No te estoy pidiendo una cita, tonto!

—¿Entonces?

Jimin traga mientras juguetea con su sorbete.

—Quiero que me acompañes al aniversario de los Reyes Kim. Solo eso.

El menor lo mira fijo, y sabe perfectamente que Jimin desea que si o si acepte.

—¿Por qué no se lo pides a Jihyo? Ella estaría encantada— dice simplemente, quitándole el batido al otro y toma un sorbo.

—Ella debe trabajar en no sé dónde— le quita el batido—. Quiero que seas tú, eres mi mejor amigo, voy a sentirme desencajado en ese lugar.

—Jimin, ahora tú perteneces allí, yo soy un intruso, no tengo un título real.

El mencionado rueda los ojos.

—Me da igual. Avísale a Taehyung.

Jungkook silencia cuando lo ve dejar una bonita caja dorada sobre la mesa. Levanta la vista y vuelve a caer en la dicha.

—Es para el baile— le dice el mayor, mientras abre la cajita y muestra un hermoso antifas de piedras encajadas en todo esta, era sumamente precioso—. Es un baile de máscaras. Cool ¿No crees?

—Es... bellísima...

—Si así se ve bellísima imagínate tú usándola. ¿Mh?— sonríe encantado al ver al menor no quitar la vista—. Entonces... te iré a recoger, ocho en punto. ¿Bien?

Jimin se levanta de su asiento con Jungkook siguiéndolo con la cajita en sus manos. Salen de la pastelería encontrando a Hyunjin recostado en el auto de Taehyung.

DEBITUS UT OMEGA | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora